Cuando siento miedo,
confío en ti, mi Dios,
y te alabo por tus promesas;
Confío en ti, mi Dios,
y ya no siento miedo. (Salmo 56:3-4)


¿Cómo definirías el miedo? Sin duda, lo has experimentado, pero es difícil explicarlo con palabras. Wikipedia lo define como una intensa emoción desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Todos lo experimentamos, incluso los animales. No hay motivo para avergonzarse de ello, no significa una falta de fe o confianza en Dios. 

Observemos el proceso que nos enseña el salmista. Primero, tengo miedo. Segundo, lo reconozco como tal; no trato de reprimirlo, negarlo o hacer como si no existiera. Tercero, se lo expreso al Señor, se lo doy, lo abandono en Él. Cuarto, lo alabo por sus promesas relacionadas con el miedo. Hacerlo es un acto de confianza en Él, una expresión de nuestra fe. Finalmente, el miedo desaparece.

Un proceso claro, sencillo, que cualquiera puede aplicar. Un proceso iterativo, que debe de repetirse tantas veces como sea necesario hasta que nuestros miedos no nos controlen.

¿Cómo afrontas tus miedos?

 



Cuando siento miedo,
confío en ti, mi Dios,
y te alabo por tus promesas;
Confío en ti, mi Dios,
y ya no siento miedo. (Salmo 56:3-4)


¿Cómo definirías el miedo? Sin duda, lo has experimentado, pero es difícil explicarlo con palabras. Wikipedia lo define como una intensa emoción desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Todos lo experimentamos, incluso los animales. No hay motivo para avergonzarse de ello, no significa una falta de fe o confianza en Dios. 

Observemos el proceso que nos enseña el salmista. Primero, tengo miedo. Segundo, lo reconozco como tal; no trato de reprimirlo, negarlo o hacer como si no existiera. Tercero, se lo expreso al Señor, se lo doy, lo abandono en Él. Cuarto, lo alabo por sus promesas relacionadas con el miedo. Hacerlo es un acto de confianza en Él, una expresión de nuestra fe. Finalmente, el miedo desaparece.

Un proceso claro, sencillo, que cualquiera puede aplicar. Un proceso iterativo, que debe de repetirse tantas veces como sea necesario hasta que nuestros miedos no nos controlen.

¿Cómo afrontas tus miedos?

 



Cuando siento miedo,
confío en ti, mi Dios,
y te alabo por tus promesas;
Confío en ti, mi Dios,
y ya no siento miedo. (Salmo 56:3-4)


¿Cómo definirías el miedo? Sin duda, lo has experimentado, pero es difícil explicarlo con palabras. Wikipedia lo define como una intensa emoción desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Todos lo experimentamos, incluso los animales. No hay motivo para avergonzarse de ello, no significa una falta de fe o confianza en Dios. 

Observemos el proceso que nos enseña el salmista. Primero, tengo miedo. Segundo, lo reconozco como tal; no trato de reprimirlo, negarlo o hacer como si no existiera. Tercero, se lo expreso al Señor, se lo doy, lo abandono en Él. Cuarto, lo alabo por sus promesas relacionadas con el miedo. Hacerlo es un acto de confianza en Él, una expresión de nuestra fe. Finalmente, el miedo desaparece.

Un proceso claro, sencillo, que cualquiera puede aplicar. Un proceso iterativo, que debe de repetirse tantas veces como sea necesario hasta que nuestros miedos no nos controlen.

¿Cómo afrontas tus miedos?