Pero mi pueblo no me escuchó, Israel no quiso nada conmigo. Y yo los dejé a su antojo, caminando según sus deseos. (Salmo 81:11-12)


La metacognición es la capacidad que tenemos los seres humanos de pensar sobre nuestros pensamientos. Es como si pudiéramos ser observadores de nuestra propia vida interior, como si nos pudiéramos ver desde fuera y reflexionar sobre lo que estamos pensando. Lamentablemente, es una facultad muy poco usada y vivimos en una sociedad que ya se encarga al máximo de que no la ejerzamos pues es peligrosa. Ya en la época del Imperio Romano existía la famosa frase: "pan y circo". Con ella se trataba de expresar que a la gente hay que llenarle el estómago y la cabeza para que no cometan el peligroso acto de pensar. Yo diría que poco ha cambiado desde entonces.

Lo que produce tristeza es lo poco que los seguidores de Jesús usamos esta capacidad. Además, en nosotros se ve potenciada por el auxilio del Espíritu Santo que hace que nuestra capacidad de metacognición aumente y podamos ser más incisivos a la hora de pensar y reflexionar. Creo que en esta dirección van las palabras de Asaf, dejamos de escuchar a Dios y decidimos vivir a nuestro aire, y Dios respeta nuestros deseos y nosotros obtenemos los resultados de nuestras decisiones. 

¿A dónde quiero ir a parar? Pues que vale la pena que, de tanto en tanto, nos paremos y usemos nuestra metacognición para observarnos desde fuera, ver qué resultados estamos obteniendo de nuestra vida y preguntarnos qué es lo que está produciéndolos. Pudiera ser que nos hayamos alejado más y más de Dios, que estamos simplemente viviendo las consecuencias de nuestras acciones, decisiones, omisiones, actitudes y valores y, que a menos que estos cambien, no vamos a obtener resultados diferentes en nuestras vidas. Como dijo Einstein: "Fanatismo es esperar obtener resultados diferentes haciendo las mismas cosas".


Usa tu metacognición ¿Qué resultados estás obteniendo en tu vida? ¿A qué responden los mismos? ¿Qué te dice el Señor al respecto?

 



Pero mi pueblo no me escuchó, Israel no quiso nada conmigo. Y yo los dejé a su antojo, caminando según sus deseos. (Salmo 81:11-12)


La metacognición es la capacidad que tenemos los seres humanos de pensar sobre nuestros pensamientos. Es como si pudiéramos ser observadores de nuestra propia vida interior, como si nos pudiéramos ver desde fuera y reflexionar sobre lo que estamos pensando. Lamentablemente, es una facultad muy poco usada y vivimos en una sociedad que ya se encarga al máximo de que no la ejerzamos pues es peligrosa. Ya en la época del Imperio Romano existía la famosa frase: "pan y circo". Con ella se trataba de expresar que a la gente hay que llenarle el estómago y la cabeza para que no cometan el peligroso acto de pensar. Yo diría que poco ha cambiado desde entonces.

Lo que produce tristeza es lo poco que los seguidores de Jesús usamos esta capacidad. Además, en nosotros se ve potenciada por el auxilio del Espíritu Santo que hace que nuestra capacidad de metacognición aumente y podamos ser más incisivos a la hora de pensar y reflexionar. Creo que en esta dirección van las palabras de Asaf, dejamos de escuchar a Dios y decidimos vivir a nuestro aire, y Dios respeta nuestros deseos y nosotros obtenemos los resultados de nuestras decisiones. 

¿A dónde quiero ir a parar? Pues que vale la pena que, de tanto en tanto, nos paremos y usemos nuestra metacognición para observarnos desde fuera, ver qué resultados estamos obteniendo de nuestra vida y preguntarnos qué es lo que está produciéndolos. Pudiera ser que nos hayamos alejado más y más de Dios, que estamos simplemente viviendo las consecuencias de nuestras acciones, decisiones, omisiones, actitudes y valores y, que a menos que estos cambien, no vamos a obtener resultados diferentes en nuestras vidas. Como dijo Einstein: "Fanatismo es esperar obtener resultados diferentes haciendo las mismas cosas".


Usa tu metacognición ¿Qué resultados estás obteniendo en tu vida? ¿A qué responden los mismos? ¿Qué te dice el Señor al respecto?

 



Pero mi pueblo no me escuchó, Israel no quiso nada conmigo. Y yo los dejé a su antojo, caminando según sus deseos. (Salmo 81:11-12)


La metacognición es la capacidad que tenemos los seres humanos de pensar sobre nuestros pensamientos. Es como si pudiéramos ser observadores de nuestra propia vida interior, como si nos pudiéramos ver desde fuera y reflexionar sobre lo que estamos pensando. Lamentablemente, es una facultad muy poco usada y vivimos en una sociedad que ya se encarga al máximo de que no la ejerzamos pues es peligrosa. Ya en la época del Imperio Romano existía la famosa frase: "pan y circo". Con ella se trataba de expresar que a la gente hay que llenarle el estómago y la cabeza para que no cometan el peligroso acto de pensar. Yo diría que poco ha cambiado desde entonces.

Lo que produce tristeza es lo poco que los seguidores de Jesús usamos esta capacidad. Además, en nosotros se ve potenciada por el auxilio del Espíritu Santo que hace que nuestra capacidad de metacognición aumente y podamos ser más incisivos a la hora de pensar y reflexionar. Creo que en esta dirección van las palabras de Asaf, dejamos de escuchar a Dios y decidimos vivir a nuestro aire, y Dios respeta nuestros deseos y nosotros obtenemos los resultados de nuestras decisiones. 

¿A dónde quiero ir a parar? Pues que vale la pena que, de tanto en tanto, nos paremos y usemos nuestra metacognición para observarnos desde fuera, ver qué resultados estamos obteniendo de nuestra vida y preguntarnos qué es lo que está produciéndolos. Pudiera ser que nos hayamos alejado más y más de Dios, que estamos simplemente viviendo las consecuencias de nuestras acciones, decisiones, omisiones, actitudes y valores y, que a menos que estos cambien, no vamos a obtener resultados diferentes en nuestras vidas. Como dijo Einstein: "Fanatismo es esperar obtener resultados diferentes haciendo las mismas cosas".


Usa tu metacognición ¿Qué resultados estás obteniendo en tu vida? ¿A qué responden los mismos? ¿Qué te dice el Señor al respecto?