Caín atacó a su hermano y lo mató (Génesis 4: 8)


Un abyecto crimen. Cometido con premeditación y alevosía. Caín era plenamente consciente de lo que hacía. Con él se inaugura el cainismo, la costumbre de eliminar al hermano que nos molesta. Es un deporte muy practicado, lamentablemente, entre los seguidores de Jesús. No hace falta eliminar físicamente al otro, se le puede "matar" de muchas y muy creativas maneras. Podemos hacerlo por acción o por omisión. Abiertamente o calladamente -las más de las veces-. De hecho, podríamos afirmar que matamos al hermano cada vez que no lo edificamos, divulgamos mentiras acerca de él, nos hacemos ecos de comentarios que no confrontamos y contribuimos a que circulen. Cada crítica, cada comentario, cada media verdad, cada silencio cómplice es, ni más n menos que una cuchillada que asesina la hermano. 

Si te parece exagerado mi comentario te remito a las palabras del apóstol Juan en su primera carta: En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo: quien no practica el bien ni ama al hermano, no es hijo de Dios. Hijo del diablo es aquel que mata al hermano aunque sea poco a poco, crítica a crítica, comentario a comentario. Más adelante, Juan continúa diciendo: Sabemos que por amar a nuestros hermanos hemos pasado de la muerte a la vida, mientras que quien no ama sigue muerto. Odiar al hermano es como darle muerte, y debéis saber que ningún asesino tiene dentro de sí vida eterna. Juan es bastante taxativo, desde el punto de vista bíblico hay mucho criminal por ahí suelto. La Palabra me confronta a mí mismo preguntándome si yo también voy por el mundo asesinando hermanos.

¿Y tú?


Caín atacó a su hermano y lo mató (Génesis 4: 8)


Un abyecto crimen. Cometido con premeditación y alevosía. Caín era plenamente consciente de lo que hacía. Con él se inaugura el cainismo, la costumbre de eliminar al hermano que nos molesta. Es un deporte muy practicado, lamentablemente, entre los seguidores de Jesús. No hace falta eliminar físicamente al otro, se le puede "matar" de muchas y muy creativas maneras. Podemos hacerlo por acción o por omisión. Abiertamente o calladamente -las más de las veces-. De hecho, podríamos afirmar que matamos al hermano cada vez que no lo edificamos, divulgamos mentiras acerca de él, nos hacemos ecos de comentarios que no confrontamos y contribuimos a que circulen. Cada crítica, cada comentario, cada media verdad, cada silencio cómplice es, ni más n menos que una cuchillada que asesina la hermano. 

Si te parece exagerado mi comentario te remito a las palabras del apóstol Juan en su primera carta: En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo: quien no practica el bien ni ama al hermano, no es hijo de Dios. Hijo del diablo es aquel que mata al hermano aunque sea poco a poco, crítica a crítica, comentario a comentario. Más adelante, Juan continúa diciendo: Sabemos que por amar a nuestros hermanos hemos pasado de la muerte a la vida, mientras que quien no ama sigue muerto. Odiar al hermano es como darle muerte, y debéis saber que ningún asesino tiene dentro de sí vida eterna. Juan es bastante taxativo, desde el punto de vista bíblico hay mucho criminal por ahí suelto. La Palabra me confronta a mí mismo preguntándome si yo también voy por el mundo asesinando hermanos.

¿Y tú?


Caín atacó a su hermano y lo mató (Génesis 4: 8)


Un abyecto crimen. Cometido con premeditación y alevosía. Caín era plenamente consciente de lo que hacía. Con él se inaugura el cainismo, la costumbre de eliminar al hermano que nos molesta. Es un deporte muy practicado, lamentablemente, entre los seguidores de Jesús. No hace falta eliminar físicamente al otro, se le puede "matar" de muchas y muy creativas maneras. Podemos hacerlo por acción o por omisión. Abiertamente o calladamente -las más de las veces-. De hecho, podríamos afirmar que matamos al hermano cada vez que no lo edificamos, divulgamos mentiras acerca de él, nos hacemos ecos de comentarios que no confrontamos y contribuimos a que circulen. Cada crítica, cada comentario, cada media verdad, cada silencio cómplice es, ni más n menos que una cuchillada que asesina la hermano. 

Si te parece exagerado mi comentario te remito a las palabras del apóstol Juan en su primera carta: En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo: quien no practica el bien ni ama al hermano, no es hijo de Dios. Hijo del diablo es aquel que mata al hermano aunque sea poco a poco, crítica a crítica, comentario a comentario. Más adelante, Juan continúa diciendo: Sabemos que por amar a nuestros hermanos hemos pasado de la muerte a la vida, mientras que quien no ama sigue muerto. Odiar al hermano es como darle muerte, y debéis saber que ningún asesino tiene dentro de sí vida eterna. Juan es bastante taxativo, desde el punto de vista bíblico hay mucho criminal por ahí suelto. La Palabra me confronta a mí mismo preguntándome si yo también voy por el mundo asesinando hermanos.

¿Y tú?