Si alguien dice que vive en la luz, y odia a su hermano, todavía vive en tinieblas. El que ama a su hermano, vive en la luz y no caerá en pecado (1 Juan 2:9-10)


Juan ya he desarrollado con anterioridad el tema; ha afirmado que Dios es luz y, por tanto, en Él no hay ningún tipo de tinieblas. Es imposible afirmar que estamos en la luz, es decir, mantenemos una buena comunión con Dios, cuando estamos en enemistad con nuestro hermano. La afirmación del apóstol: "odiar al hermano" nos puede despistar a la hora de hacer una interpretación de lo que sus palabras nos quieren decir. Odio es definido por el diccionario como antipatía y aversión hacia alguien cuyo mal se desea. Rápidamente podemos pensar que no deseamos el mal de nadie, lo cual puede ser cierto, pero por omisión tampoco buscamos el bien de nadie que es la esencia del amor ágape del cual está hablando Juan. 

Pero el que verdaderamente está en la luz, no es el que no busca el mal de otro, antes al contrario, es aquel que intencionalmente busca el bien del otro, pues en el Nuevo Testamento el amor ágape siempre es buscar el bien del prójimo  no debido a que se lo merezca, sino a pesar de que no lo merezca. Una señal evidente pues de andar en la luz sería la búsqueda de la paz y la concordia entre los hermanos. Jesús lo expresó diciendo que eran felices los pacificadores. Pablo nos invitó a estar -al menos en lo que dependa de nosotros- en paz con todos los hombres. El mismo apóstol afirmó que debemos hacer bien a todos.


¿Qué implicaciones tiene esto para ti?




Si alguien dice que vive en la luz, y odia a su hermano, todavía vive en tinieblas. El que ama a su hermano, vive en la luz y no caerá en pecado (1 Juan 2:9-10)


Juan ya he desarrollado con anterioridad el tema; ha afirmado que Dios es luz y, por tanto, en Él no hay ningún tipo de tinieblas. Es imposible afirmar que estamos en la luz, es decir, mantenemos una buena comunión con Dios, cuando estamos en enemistad con nuestro hermano. La afirmación del apóstol: "odiar al hermano" nos puede despistar a la hora de hacer una interpretación de lo que sus palabras nos quieren decir. Odio es definido por el diccionario como antipatía y aversión hacia alguien cuyo mal se desea. Rápidamente podemos pensar que no deseamos el mal de nadie, lo cual puede ser cierto, pero por omisión tampoco buscamos el bien de nadie que es la esencia del amor ágape del cual está hablando Juan. 

Pero el que verdaderamente está en la luz, no es el que no busca el mal de otro, antes al contrario, es aquel que intencionalmente busca el bien del otro, pues en el Nuevo Testamento el amor ágape siempre es buscar el bien del prójimo  no debido a que se lo merezca, sino a pesar de que no lo merezca. Una señal evidente pues de andar en la luz sería la búsqueda de la paz y la concordia entre los hermanos. Jesús lo expresó diciendo que eran felices los pacificadores. Pablo nos invitó a estar -al menos en lo que dependa de nosotros- en paz con todos los hombres. El mismo apóstol afirmó que debemos hacer bien a todos.


¿Qué implicaciones tiene esto para ti?




Si alguien dice que vive en la luz, y odia a su hermano, todavía vive en tinieblas. El que ama a su hermano, vive en la luz y no caerá en pecado (1 Juan 2:9-10)


Juan ya he desarrollado con anterioridad el tema; ha afirmado que Dios es luz y, por tanto, en Él no hay ningún tipo de tinieblas. Es imposible afirmar que estamos en la luz, es decir, mantenemos una buena comunión con Dios, cuando estamos en enemistad con nuestro hermano. La afirmación del apóstol: "odiar al hermano" nos puede despistar a la hora de hacer una interpretación de lo que sus palabras nos quieren decir. Odio es definido por el diccionario como antipatía y aversión hacia alguien cuyo mal se desea. Rápidamente podemos pensar que no deseamos el mal de nadie, lo cual puede ser cierto, pero por omisión tampoco buscamos el bien de nadie que es la esencia del amor ágape del cual está hablando Juan. 

Pero el que verdaderamente está en la luz, no es el que no busca el mal de otro, antes al contrario, es aquel que intencionalmente busca el bien del otro, pues en el Nuevo Testamento el amor ágape siempre es buscar el bien del prójimo  no debido a que se lo merezca, sino a pesar de que no lo merezca. Una señal evidente pues de andar en la luz sería la búsqueda de la paz y la concordia entre los hermanos. Jesús lo expresó diciendo que eran felices los pacificadores. Pablo nos invitó a estar -al menos en lo que dependa de nosotros- en paz con todos los hombres. El mismo apóstol afirmó que debemos hacer bien a todos.


¿Qué implicaciones tiene esto para ti?