¡Ahora bien, nosotros estamos en posesión del modo de pensar de Cristo! (1 Corintios 2:16)

Nada más leer este fragmento de la carta a los Corintios han venido a mi mente las palabras de Isaías: porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni mis caminos vuestros caminos, dijo el Señor. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:8-9) Pero, al escribir lo que Dios dijo a través del profeta, lo asocié con las palabras del Maestro dirigidas a un sorprendido Pedro: No piensas como piensa Dios, sino como piensa la gente (Mateo 18:23).

¿Poseemos el modo de pensar de Cristo? Es fácil afirmar que si, que naturalmente que lo poseemos. Pero, profundicemos un poco más ¿Qué significa tener la forma de pensar de Jesús? ¿Qué evidencias lo ponen de manifiesto en nuestra vida cotidiana? ¿Cómo responderíamos esta pregunta: Poseo el modo de pensar de Cristo porque....? ¿Cómo afecta a nuestras relaciones interpersonales? ¿De qué manera hace diferente la forma en que afrontamos los problemas? ¿Cómo desarrollamos la mente de Cristo en nosotros, qué nos ayuda y qué nos impide hacerlo?

Personalmente pienso que mucho de nuestra forma de pensar responder -como le indicó Jesús a Pedro- a criterios de la sociedad que nos rodea y no tanto a perspectivas bíblicas. Únicamente tiempo a solas con Jesús a través de la oración y la Palabra pueden formar en nosotros su modo de pensar.

¿De qué fuentes se alimenta tu modo de pensar?



 



¡Ahora bien, nosotros estamos en posesión del modo de pensar de Cristo! (1 Corintios 2:16)

Nada más leer este fragmento de la carta a los Corintios han venido a mi mente las palabras de Isaías: porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni mis caminos vuestros caminos, dijo el Señor. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:8-9) Pero, al escribir lo que Dios dijo a través del profeta, lo asocié con las palabras del Maestro dirigidas a un sorprendido Pedro: No piensas como piensa Dios, sino como piensa la gente (Mateo 18:23).

¿Poseemos el modo de pensar de Cristo? Es fácil afirmar que si, que naturalmente que lo poseemos. Pero, profundicemos un poco más ¿Qué significa tener la forma de pensar de Jesús? ¿Qué evidencias lo ponen de manifiesto en nuestra vida cotidiana? ¿Cómo responderíamos esta pregunta: Poseo el modo de pensar de Cristo porque....? ¿Cómo afecta a nuestras relaciones interpersonales? ¿De qué manera hace diferente la forma en que afrontamos los problemas? ¿Cómo desarrollamos la mente de Cristo en nosotros, qué nos ayuda y qué nos impide hacerlo?

Personalmente pienso que mucho de nuestra forma de pensar responder -como le indicó Jesús a Pedro- a criterios de la sociedad que nos rodea y no tanto a perspectivas bíblicas. Únicamente tiempo a solas con Jesús a través de la oración y la Palabra pueden formar en nosotros su modo de pensar.

¿De qué fuentes se alimenta tu modo de pensar?



 



¡Ahora bien, nosotros estamos en posesión del modo de pensar de Cristo! (1 Corintios 2:16)

Nada más leer este fragmento de la carta a los Corintios han venido a mi mente las palabras de Isaías: porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni mis caminos vuestros caminos, dijo el Señor. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:8-9) Pero, al escribir lo que Dios dijo a través del profeta, lo asocié con las palabras del Maestro dirigidas a un sorprendido Pedro: No piensas como piensa Dios, sino como piensa la gente (Mateo 18:23).

¿Poseemos el modo de pensar de Cristo? Es fácil afirmar que si, que naturalmente que lo poseemos. Pero, profundicemos un poco más ¿Qué significa tener la forma de pensar de Jesús? ¿Qué evidencias lo ponen de manifiesto en nuestra vida cotidiana? ¿Cómo responderíamos esta pregunta: Poseo el modo de pensar de Cristo porque....? ¿Cómo afecta a nuestras relaciones interpersonales? ¿De qué manera hace diferente la forma en que afrontamos los problemas? ¿Cómo desarrollamos la mente de Cristo en nosotros, qué nos ayuda y qué nos impide hacerlo?

Personalmente pienso que mucho de nuestra forma de pensar responder -como le indicó Jesús a Pedro- a criterios de la sociedad que nos rodea y no tanto a perspectivas bíblicas. Únicamente tiempo a solas con Jesús a través de la oración y la Palabra pueden formar en nosotros su modo de pensar.

¿De qué fuentes se alimenta tu modo de pensar?