Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. (Hebreos 12:2)


La mirada, en un sentido amplio, es la forma en que nos acercamos a la vida, cómo la percibimos, cómo la procesamos. Por eso, creo que precisamente la mirada determina al final la forma en que vivimos. El anónimo autor del libro de los Hebreos nos está invitando a que veamos la realidad desde la perspectiva de Dios; ver las cosas como Jesús las ve. Eso no significa ignorar la realidad, cerrar los ojos ante la pandemia mundial y las amenaza que se cierne sobre nuestra salud. Tampoco negar que habrá serias consecuencias económicas, sociales y políticas que seguirán y que una nueva y desconocida realidad se configurará ¡Nada de eso! Estas cosas están hay y ni podemos ni debemos obviarlas. 

Poner la mirada en Jesús significa recordar que lo que vemos no es la única realidad existente. Es recordarnos a nosotros mismos que conviven diferentes capas de realidad y una de ellas es que Jesús continúa estando en el control de la macrohistoria con todos los eventos y acontecimientos y mi microhistoria personal, la de cada uno de nosotros. Es por eso que he escogido esta imagen, el pantócrator, el Cristo en majestad que tiene el mundo en sus pies y que, por un lado tiene la mano derecha en actitud de bendecir y en la otra sostiene la Palabra que nos alienta, conforta, renueva, consuela y da vida. Personalmente quiero poner mi mirada en el Creador y sustentador del universo y declarar que pase lo que pase, aunque esto no sea bueno, Él tiene el control y en medio de la pandemia y por encima de ella hay una dimensión eterna.

¿Dónde está tu mirada?

Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. (Hebreos 12:2)


La mirada, en un sentido amplio, es la forma en que nos acercamos a la vida, cómo la percibimos, cómo la procesamos. Por eso, creo que precisamente la mirada determina al final la forma en que vivimos. El anónimo autor del libro de los Hebreos nos está invitando a que veamos la realidad desde la perspectiva de Dios; ver las cosas como Jesús las ve. Eso no significa ignorar la realidad, cerrar los ojos ante la pandemia mundial y las amenaza que se cierne sobre nuestra salud. Tampoco negar que habrá serias consecuencias económicas, sociales y políticas que seguirán y que una nueva y desconocida realidad se configurará ¡Nada de eso! Estas cosas están hay y ni podemos ni debemos obviarlas. 

Poner la mirada en Jesús significa recordar que lo que vemos no es la única realidad existente. Es recordarnos a nosotros mismos que conviven diferentes capas de realidad y una de ellas es que Jesús continúa estando en el control de la macrohistoria con todos los eventos y acontecimientos y mi microhistoria personal, la de cada uno de nosotros. Es por eso que he escogido esta imagen, el pantócrator, el Cristo en majestad que tiene el mundo en sus pies y que, por un lado tiene la mano derecha en actitud de bendecir y en la otra sostiene la Palabra que nos alienta, conforta, renueva, consuela y da vida. Personalmente quiero poner mi mirada en el Creador y sustentador del universo y declarar que pase lo que pase, aunque esto no sea bueno, Él tiene el control y en medio de la pandemia y por encima de ella hay una dimensión eterna.

¿Dónde está tu mirada?

Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. (Hebreos 12:2)


La mirada, en un sentido amplio, es la forma en que nos acercamos a la vida, cómo la percibimos, cómo la procesamos. Por eso, creo que precisamente la mirada determina al final la forma en que vivimos. El anónimo autor del libro de los Hebreos nos está invitando a que veamos la realidad desde la perspectiva de Dios; ver las cosas como Jesús las ve. Eso no significa ignorar la realidad, cerrar los ojos ante la pandemia mundial y las amenaza que se cierne sobre nuestra salud. Tampoco negar que habrá serias consecuencias económicas, sociales y políticas que seguirán y que una nueva y desconocida realidad se configurará ¡Nada de eso! Estas cosas están hay y ni podemos ni debemos obviarlas. 

Poner la mirada en Jesús significa recordar que lo que vemos no es la única realidad existente. Es recordarnos a nosotros mismos que conviven diferentes capas de realidad y una de ellas es que Jesús continúa estando en el control de la macrohistoria con todos los eventos y acontecimientos y mi microhistoria personal, la de cada uno de nosotros. Es por eso que he escogido esta imagen, el pantócrator, el Cristo en majestad que tiene el mundo en sus pies y que, por un lado tiene la mano derecha en actitud de bendecir y en la otra sostiene la Palabra que nos alienta, conforta, renueva, consuela y da vida. Personalmente quiero poner mi mirada en el Creador y sustentador del universo y declarar que pase lo que pase, aunque esto no sea bueno, Él tiene el control y en medio de la pandemia y por encima de ella hay una dimensión eterna.

¿Dónde está tu mirada?

Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. (Hebreos 12:2)


La mirada, en un sentido amplio, es la forma en que nos acercamos a la vida, cómo la percibimos, cómo la procesamos. Por eso, creo que precisamente la mirada determina al final la forma en que vivimos. El anónimo autor del libro de los Hebreos nos está invitando a que veamos la realidad desde la perspectiva de Dios; ver las cosas como Jesús las ve. Eso no significa ignorar la realidad, cerrar los ojos ante la pandemia mundial y las amenaza que se cierne sobre nuestra salud. Tampoco negar que habrá serias consecuencias económicas, sociales y políticas que seguirán y que una nueva y desconocida realidad se configurará ¡Nada de eso! Estas cosas están hay y ni podemos ni debemos obviarlas. 

Poner la mirada en Jesús significa recordar que lo que vemos no es la única realidad existente. Es recordarnos a nosotros mismos que conviven diferentes capas de realidad y una de ellas es que Jesús continúa estando en el control de la macrohistoria con todos los eventos y acontecimientos y mi microhistoria personal, la de cada uno de nosotros. Es por eso que he escogido esta imagen, el pantócrator, el Cristo en majestad que tiene el mundo en sus pies y que, por un lado tiene la mano derecha en actitud de bendecir y en la otra sostiene la Palabra que nos alienta, conforta, renueva, consuela y da vida. Personalmente quiero poner mi mirada en el Creador y sustentador del universo y declarar que pase lo que pase, aunque esto no sea bueno, Él tiene el control y en medio de la pandemia y por encima de ella hay una dimensión eterna.

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