Por último, hermanos, pensad en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Pensad en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza. (Filipenses 4:8)


Según un artículo científico publicado por el diario español La Vanguardia, acostumbramos a tener un promedio de 60000 pensamientos cada día. Lo sorprendente es que la mayoría de ellos son negativos. Me pregunto si en estos tiempos del COVID19 la intensidad y negatividad de los pensamientos aumenta y en qué proporción. 

Lo cierto es que, en buena medida, estos pensamientos son alimentados desde nuestro exterior por los medios de comunicación y por las redes sociales. Nuestros cerebros los absorben, se alimentan de ellos y, posteriormente, en base a esta información depositada en ellos generamos nuestra vida interior. Muchas personas, incluidas seguidoras de Jesús, pasan tiempo y tiempo alimentando sus mentes con todo tipo de productos mediáticos, relacionados o no con el COVID19. El resultado es evidente, tu cerebro sólo puede funcionar con el software que previamente le hayas cargado.

Siempre es necesaria una buena dieta cerebral, pero tal vez en estos momentos de crisis se hace aún más necesaria. Hemos de ser intencionales y proactivos en vigilar nuestra dieta y compensar todo la información basura que tiende a colapsar nuestras mentes. Es por eso que Pablo nos invita a que nuestra dieta esté compuesta a partes iguales de: lo verdadero, digno de respeto, recto, puro, agradable, tiene buena fama, toda clase de virtudes y todo lo que merece alabanza. ¿Dónde encontrar esos productos tan saludables?  En la Palabra y la oración. Además, es gratis.


¿En qué consiste tu dieta cerebral?


Por último, hermanos, pensad en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Pensad en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza. (Filipenses 4:8)


Según un artículo científico publicado por el diario español La Vanguardia, acostumbramos a tener un promedio de 60000 pensamientos cada día. Lo sorprendente es que la mayoría de ellos son negativos. Me pregunto si en estos tiempos del COVID19 la intensidad y negatividad de los pensamientos aumenta y en qué proporción. 

Lo cierto es que, en buena medida, estos pensamientos son alimentados desde nuestro exterior por los medios de comunicación y por las redes sociales. Nuestros cerebros los absorben, se alimentan de ellos y, posteriormente, en base a esta información depositada en ellos generamos nuestra vida interior. Muchas personas, incluidas seguidoras de Jesús, pasan tiempo y tiempo alimentando sus mentes con todo tipo de productos mediáticos, relacionados o no con el COVID19. El resultado es evidente, tu cerebro sólo puede funcionar con el software que previamente le hayas cargado.

Siempre es necesaria una buena dieta cerebral, pero tal vez en estos momentos de crisis se hace aún más necesaria. Hemos de ser intencionales y proactivos en vigilar nuestra dieta y compensar todo la información basura que tiende a colapsar nuestras mentes. Es por eso que Pablo nos invita a que nuestra dieta esté compuesta a partes iguales de: lo verdadero, digno de respeto, recto, puro, agradable, tiene buena fama, toda clase de virtudes y todo lo que merece alabanza. ¿Dónde encontrar esos productos tan saludables?  En la Palabra y la oración. Además, es gratis.


¿En qué consiste tu dieta cerebral?


Por último, hermanos, pensad en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Pensad en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza. (Filipenses 4:8)


Según un artículo científico publicado por el diario español La Vanguardia, acostumbramos a tener un promedio de 60000 pensamientos cada día. Lo sorprendente es que la mayoría de ellos son negativos. Me pregunto si en estos tiempos del COVID19 la intensidad y negatividad de los pensamientos aumenta y en qué proporción. 

Lo cierto es que, en buena medida, estos pensamientos son alimentados desde nuestro exterior por los medios de comunicación y por las redes sociales. Nuestros cerebros los absorben, se alimentan de ellos y, posteriormente, en base a esta información depositada en ellos generamos nuestra vida interior. Muchas personas, incluidas seguidoras de Jesús, pasan tiempo y tiempo alimentando sus mentes con todo tipo de productos mediáticos, relacionados o no con el COVID19. El resultado es evidente, tu cerebro sólo puede funcionar con el software que previamente le hayas cargado.

Siempre es necesaria una buena dieta cerebral, pero tal vez en estos momentos de crisis se hace aún más necesaria. Hemos de ser intencionales y proactivos en vigilar nuestra dieta y compensar todo la información basura que tiende a colapsar nuestras mentes. Es por eso que Pablo nos invita a que nuestra dieta esté compuesta a partes iguales de: lo verdadero, digno de respeto, recto, puro, agradable, tiene buena fama, toda clase de virtudes y todo lo que merece alabanza. ¿Dónde encontrar esos productos tan saludables?  En la Palabra y la oración. Además, es gratis.


¿En qué consiste tu dieta cerebral?