Acerquémonos, pues, llenos de confianza a ese trono de gracia, seguros de encontrar la misericordia y el favor divino en el momento preciso. (Hebreos 4:16)


Ayer comentaba que Jesús nos puede entender aunque, con frecuencia, nadie más lo puede hacer. Ha pasado por las mismas experiencias que nosotros, consecuentemente, puede empatizar. Por eso, el anónimo autor de Hebreos indica que podemos acercarnos a Él con confianza. Confianza ha sido descrita como la medida en que nos sentimos seguros con el otro. Cuando hay confianza hay seguridad. Uno no debe de estar vigilante ni alerta. No tenemos ningún miedo de lo que el otro pueda pensar o hacernos. La confianza genera seguridad y la seguridad permite la vulnerabilidad.

Esto es muy importante cuando nos acercamos a Dios. Podemos hacerlo sintiéndonos seguros de sus motivaciones, actitudes y acciones hacia nosotros. Y esa seguridad nos permite ser vulnerables, ser tal cual somos, sin necesidad de corrección política o falsa espiritualidad. Esto es tremendo porque como nos enseña la Biblia, primero nos podemos acercar ante Jesús que nos entiende. Segundo, lo podemos hacer sintiéndonos seguros de cuál es su actitud hacia nosotros, de cómo vamos a ser recibidos. Tercero, nos acercamos a un trono de gracia, no de justicia. En ese trono no se nos trata como merecemos -justicia- sino con amor, aceptación, perdón y compasión, todo lo que no merecemos -gracia-.

¿Cómo te acercas a Jesús en este tiempo del COVID 19?




Acerquémonos, pues, llenos de confianza a ese trono de gracia, seguros de encontrar la misericordia y el favor divino en el momento preciso. (Hebreos 4:16)


Ayer comentaba que Jesús nos puede entender aunque, con frecuencia, nadie más lo puede hacer. Ha pasado por las mismas experiencias que nosotros, consecuentemente, puede empatizar. Por eso, el anónimo autor de Hebreos indica que podemos acercarnos a Él con confianza. Confianza ha sido descrita como la medida en que nos sentimos seguros con el otro. Cuando hay confianza hay seguridad. Uno no debe de estar vigilante ni alerta. No tenemos ningún miedo de lo que el otro pueda pensar o hacernos. La confianza genera seguridad y la seguridad permite la vulnerabilidad.

Esto es muy importante cuando nos acercamos a Dios. Podemos hacerlo sintiéndonos seguros de sus motivaciones, actitudes y acciones hacia nosotros. Y esa seguridad nos permite ser vulnerables, ser tal cual somos, sin necesidad de corrección política o falsa espiritualidad. Esto es tremendo porque como nos enseña la Biblia, primero nos podemos acercar ante Jesús que nos entiende. Segundo, lo podemos hacer sintiéndonos seguros de cuál es su actitud hacia nosotros, de cómo vamos a ser recibidos. Tercero, nos acercamos a un trono de gracia, no de justicia. En ese trono no se nos trata como merecemos -justicia- sino con amor, aceptación, perdón y compasión, todo lo que no merecemos -gracia-.

¿Cómo te acercas a Jesús en este tiempo del COVID 19?




Acerquémonos, pues, llenos de confianza a ese trono de gracia, seguros de encontrar la misericordia y el favor divino en el momento preciso. (Hebreos 4:16)


Ayer comentaba que Jesús nos puede entender aunque, con frecuencia, nadie más lo puede hacer. Ha pasado por las mismas experiencias que nosotros, consecuentemente, puede empatizar. Por eso, el anónimo autor de Hebreos indica que podemos acercarnos a Él con confianza. Confianza ha sido descrita como la medida en que nos sentimos seguros con el otro. Cuando hay confianza hay seguridad. Uno no debe de estar vigilante ni alerta. No tenemos ningún miedo de lo que el otro pueda pensar o hacernos. La confianza genera seguridad y la seguridad permite la vulnerabilidad.

Esto es muy importante cuando nos acercamos a Dios. Podemos hacerlo sintiéndonos seguros de sus motivaciones, actitudes y acciones hacia nosotros. Y esa seguridad nos permite ser vulnerables, ser tal cual somos, sin necesidad de corrección política o falsa espiritualidad. Esto es tremendo porque como nos enseña la Biblia, primero nos podemos acercar ante Jesús que nos entiende. Segundo, lo podemos hacer sintiéndonos seguros de cuál es su actitud hacia nosotros, de cómo vamos a ser recibidos. Tercero, nos acercamos a un trono de gracia, no de justicia. En ese trono no se nos trata como merecemos -justicia- sino con amor, aceptación, perdón y compasión, todo lo que no merecemos -gracia-.

¿Cómo te acercas a Jesús en este tiempo del COVID 19?