Jueces, ¿en verdad proclamáis la justicia y juzgáis a las personas con rectitud? No; en vuestro interior tramáis el mal y propagáis la violencia en esta tierra. (Salmo 58:1-2)

Los cristianos hacemos mucho énfasis en la santidad de Dios, de la cual nace la moralidad, pero olvidamos con demasiada frecuencia su justicia, de la cual nace nuestro compromiso con todo lo que es justo y recto desde un punto de vista social. Nos horroriza la ideología de género y convivimos con la corrupción política y económica ¡Así somos!

Un juez debería de reflejar el carácter del Señor en su faceta de ser justo. La Biblia habla con claridad acerca de cómo deberían de ejercer la justicia sin hacer acepción de personas, de la misma manera que tampoco lo hace nuestro Padre. Que no deberían estar a favor del pobre por el simple hecho de serlo, pero tampoco del rico por su condición de poderoso. Pero Dios, por medio de su Palabra, también condena con dureza al juez que apartándose de su deber de ejercer justicia de forma imparcial se deja sobornar o corromper inclinándose en favor de aquel que no merece justicia pero tiene recursos. Porque, de alguna manera, el juez debería reflejar la intención de justicia del Señor para toda la tierra.

Como seguidores de Jesús deberíamos exigir del poder judicial la honestidad, transparencia y rectitud que el Señor exige de todo juez porque, sean conscientes o no están llamados a reflejar su carácter y cómo el mundo realmente debería ser.

¿Recuerdas a la iglesia levantando su voz en contra de jueces injustos?

 



Jueces, ¿en verdad proclamáis la justicia y juzgáis a las personas con rectitud? No; en vuestro interior tramáis el mal y propagáis la violencia en esta tierra. (Salmo 58:1-2)

Los cristianos hacemos mucho énfasis en la santidad de Dios, de la cual nace la moralidad, pero olvidamos con demasiada frecuencia su justicia, de la cual nace nuestro compromiso con todo lo que es justo y recto desde un punto de vista social. Nos horroriza la ideología de género y convivimos con la corrupción política y económica ¡Así somos!

Un juez debería de reflejar el carácter del Señor en su faceta de ser justo. La Biblia habla con claridad acerca de cómo deberían de ejercer la justicia sin hacer acepción de personas, de la misma manera que tampoco lo hace nuestro Padre. Que no deberían estar a favor del pobre por el simple hecho de serlo, pero tampoco del rico por su condición de poderoso. Pero Dios, por medio de su Palabra, también condena con dureza al juez que apartándose de su deber de ejercer justicia de forma imparcial se deja sobornar o corromper inclinándose en favor de aquel que no merece justicia pero tiene recursos. Porque, de alguna manera, el juez debería reflejar la intención de justicia del Señor para toda la tierra.

Como seguidores de Jesús deberíamos exigir del poder judicial la honestidad, transparencia y rectitud que el Señor exige de todo juez porque, sean conscientes o no están llamados a reflejar su carácter y cómo el mundo realmente debería ser.

¿Recuerdas a la iglesia levantando su voz en contra de jueces injustos?

 



Jueces, ¿en verdad proclamáis la justicia y juzgáis a las personas con rectitud? No; en vuestro interior tramáis el mal y propagáis la violencia en esta tierra. (Salmo 58:1-2)

Los cristianos hacemos mucho énfasis en la santidad de Dios, de la cual nace la moralidad, pero olvidamos con demasiada frecuencia su justicia, de la cual nace nuestro compromiso con todo lo que es justo y recto desde un punto de vista social. Nos horroriza la ideología de género y convivimos con la corrupción política y económica ¡Así somos!

Un juez debería de reflejar el carácter del Señor en su faceta de ser justo. La Biblia habla con claridad acerca de cómo deberían de ejercer la justicia sin hacer acepción de personas, de la misma manera que tampoco lo hace nuestro Padre. Que no deberían estar a favor del pobre por el simple hecho de serlo, pero tampoco del rico por su condición de poderoso. Pero Dios, por medio de su Palabra, también condena con dureza al juez que apartándose de su deber de ejercer justicia de forma imparcial se deja sobornar o corromper inclinándose en favor de aquel que no merece justicia pero tiene recursos. Porque, de alguna manera, el juez debería reflejar la intención de justicia del Señor para toda la tierra.

Como seguidores de Jesús deberíamos exigir del poder judicial la honestidad, transparencia y rectitud que el Señor exige de todo juez porque, sean conscientes o no están llamados a reflejar su carácter y cómo el mundo realmente debería ser.

¿Recuerdas a la iglesia levantando su voz en contra de jueces injustos?