Por segunda vez el Señor habló a Jonás (Jonás 3:1)


Por segunda vez Dios le concede una oportunidad a Jonás. Una frase tan sencilla y tan llena de contenido y significado. Los fallos no nos descalifican para el servicio al Señor. A menudo, en nuestros círculos, los fallos hacen que las personas sean automáticamente descartadas para el ministerio y no existen las segundas oportunidades. El fallo de Jonás, como el de Pedro -quien negó al Señor Jesús públicamente- fue grande, sin embargo, volvieron ambos a ser comisionados para el ministerio.

Dios ofrece segundas oportunidades, pero también terceras y cuartas siempre que haya arrepentimiento y confesión. Si Jesús le dijo -nuevamente a Pedro- que debía perdonar a su hermano setenta veces siete -número hipotético usado para expresar sin fin- me cuesta creer, como algunos sostienen, que la capacidad de perdón del Señor y, por tanto, de nuevas oportunidades, no sea ilimitada. El propio Pablo nos enseña un principio bíblico muy importante de parte de Dios, hay que olvidar lo que queda atrás.

Finalmente, si el Señor nos concede nuevas oportunidades y todos lo hemos experimentado una y otra vez, está debería ser nuestra actitud hacia los demás, este debería ser el trato que dispensáramos a otros, ni más ni menos que el mismo dado por el Señor hacia nuestra persona.


Seguro Dios te ha dado muchas segundas oportunidades ¿Necesitas una nueva? ¿Hay alguien a tu alrededor que precisa una nueva?