Señor, ¿hasta cuándo? (Salmo 6:4)


Los personajes de la Biblia no se andan por las ramas cuando hay algo que no entienden, que sobrepasa su capacidad de entender y procesar. Son numerosas las ocasiones en que cuestionan al Señor porque no pueden entender su aparente falta de intervención en sus asuntos personales o los de su gente. Paralelamente a esta actitud es también sorprendente que Dios no se sienta ofendido por ser cuestionado. Porque creo que si hay algo que nuestro Padre, como cualquier padre normal, valora es la honestidad y la transparencia con Él. 

Si somos honestos hemos de admitir que hay muchas cosas que son difíciles de asumir en el mundo en el que nos ha tocado vivir. La lista es tan extensa que resultaría abrumadora, por eso, me centraré tan solo en dos cosas. Una es el hambre en el mundo. En estos momentos hay más de cien millones de personas en riesgo real de morir por falta de alimentos. Número que ser verá aumentado por las consecuencias de la pandemia del COVID 19. Esto sucede en un planeta donde hay alimentos para todos y en el que en muchos lugares se han de destruir los excedentes para evitar que bajen los precios. ¿Hasta cuándo Señor permitirás esto que sabemos que va contra tu voluntad? 

La otra es nuestras propias vidas. Tantos años de seguimiento de Cristo y todavía nos encontramos con montones de contradicciones, tensiones, luchas, incoherencias, etc. Como decía el apóstol, todavía necesitados de leche a causa de nuestra inmadurez. ¿Hasta cuándo Señor viviremos esto, por qué no intervienes de forma radical en nuestras vidas?

Creo firmemente que los clamores han de ser expresados sino, estos se pudren en nuestro interior y pueden contaminar nuestra vida y nuestra confianza en el Señor. Expresarlos, como el ventilar, tiene un efecto benéfico sobre nuestras vidas y nos ayuda a reenfocarnos en Dios, su carácter y sus promesas.


¿Qué hasta cuándo hay en tu vida?

 

Señor, ¿hasta cuándo? (Salmo 6:4)


Los personajes de la Biblia no se andan por las ramas cuando hay algo que no entienden, que sobrepasa su capacidad de entender y procesar. Son numerosas las ocasiones en que cuestionan al Señor porque no pueden entender su aparente falta de intervención en sus asuntos personales o los de su gente. Paralelamente a esta actitud es también sorprendente que Dios no se sienta ofendido por ser cuestionado. Porque creo que si hay algo que nuestro Padre, como cualquier padre normal, valora es la honestidad y la transparencia con Él. 

Si somos honestos hemos de admitir que hay muchas cosas que son difíciles de asumir en el mundo en el que nos ha tocado vivir. La lista es tan extensa que resultaría abrumadora, por eso, me centraré tan solo en dos cosas. Una es el hambre en el mundo. En estos momentos hay más de cien millones de personas en riesgo real de morir por falta de alimentos. Número que ser verá aumentado por las consecuencias de la pandemia del COVID 19. Esto sucede en un planeta donde hay alimentos para todos y en el que en muchos lugares se han de destruir los excedentes para evitar que bajen los precios. ¿Hasta cuándo Señor permitirás esto que sabemos que va contra tu voluntad? 

La otra es nuestras propias vidas. Tantos años de seguimiento de Cristo y todavía nos encontramos con montones de contradicciones, tensiones, luchas, incoherencias, etc. Como decía el apóstol, todavía necesitados de leche a causa de nuestra inmadurez. ¿Hasta cuándo Señor viviremos esto, por qué no intervienes de forma radical en nuestras vidas?

Creo firmemente que los clamores han de ser expresados sino, estos se pudren en nuestro interior y pueden contaminar nuestra vida y nuestra confianza en el Señor. Expresarlos, como el ventilar, tiene un efecto benéfico sobre nuestras vidas y nos ayuda a reenfocarnos en Dios, su carácter y sus promesas.


¿Qué hasta cuándo hay en tu vida?

 

Señor, ¿hasta cuándo? (Salmo 6:4)


Los personajes de la Biblia no se andan por las ramas cuando hay algo que no entienden, que sobrepasa su capacidad de entender y procesar. Son numerosas las ocasiones en que cuestionan al Señor porque no pueden entender su aparente falta de intervención en sus asuntos personales o los de su gente. Paralelamente a esta actitud es también sorprendente que Dios no se sienta ofendido por ser cuestionado. Porque creo que si hay algo que nuestro Padre, como cualquier padre normal, valora es la honestidad y la transparencia con Él. 

Si somos honestos hemos de admitir que hay muchas cosas que son difíciles de asumir en el mundo en el que nos ha tocado vivir. La lista es tan extensa que resultaría abrumadora, por eso, me centraré tan solo en dos cosas. Una es el hambre en el mundo. En estos momentos hay más de cien millones de personas en riesgo real de morir por falta de alimentos. Número que ser verá aumentado por las consecuencias de la pandemia del COVID 19. Esto sucede en un planeta donde hay alimentos para todos y en el que en muchos lugares se han de destruir los excedentes para evitar que bajen los precios. ¿Hasta cuándo Señor permitirás esto que sabemos que va contra tu voluntad? 

La otra es nuestras propias vidas. Tantos años de seguimiento de Cristo y todavía nos encontramos con montones de contradicciones, tensiones, luchas, incoherencias, etc. Como decía el apóstol, todavía necesitados de leche a causa de nuestra inmadurez. ¿Hasta cuándo Señor viviremos esto, por qué no intervienes de forma radical en nuestras vidas?

Creo firmemente que los clamores han de ser expresados sino, estos se pudren en nuestro interior y pueden contaminar nuestra vida y nuestra confianza en el Señor. Expresarlos, como el ventilar, tiene un efecto benéfico sobre nuestras vidas y nos ayuda a reenfocarnos en Dios, su carácter y sus promesas.


¿Qué hasta cuándo hay en tu vida?