Ya que están al servicio de Dios para hacer el bien. (Romanos 13:4)


Pablo establece con claridad que el principio de la autoridad, el gobierno, ha sido establecido por el Señor. También, en este pasaje de Romanos nos indica cuál es el propósito del mismo; promover el bien y ponerle coto al mal (13:3). Desde mi humilde punto de vista un gobierno o liderazgo es legítimo en la medida que cumple los propósitos diseñados por el Señor para la autoridad.

Dicho de otro modo, no me siento obligado a obedecer a un gobierno u otro tipo de liderazgo que hace un uso de la autoridad alejado del propósito del Señor. Gobiernos, incluso liderazgos eclesiásticos, que solo buscan su propio beneficio, que usan los recursos del poder para favorecerse a ellos mismos y sus allegados, que generan políticas que son injustas y no promueven el bien común, no estamos obligados a obedecerlos ni someternos a ellos y sus políticas mezquinas.

Sin duda, lo que afirmo tiene sus peligros, por eso hemos de usar el discernimiento y la dependencia del Padre para juzgar la legitimidad o no de un gobierno. La llamada a la desobediencia civil no se lleva a cabo porque no me gustan determinadas políticas o no estoy de acuerdo con determinadas decisiones. Se hace en base a lo afirmado por Pablo, promover el bien y combatir el mal. Eso llevo a las comadronas de Egipto a oponerse a Faraón y a Martin Luther King al gobierno de los Estados Unidos.

¿Qué criterios usas para juzgar a tu gobierno? ¿Simpatía o antipatía? ¿Qué puntuación sacaría tu gobierno a la luz de los criterios paulinos?

 



Ya que están al servicio de Dios para hacer el bien. (Romanos 13:4)


Pablo establece con claridad que el principio de la autoridad, el gobierno, ha sido establecido por el Señor. También, en este pasaje de Romanos nos indica cuál es el propósito del mismo; promover el bien y ponerle coto al mal (13:3). Desde mi humilde punto de vista un gobierno o liderazgo es legítimo en la medida que cumple los propósitos diseñados por el Señor para la autoridad.

Dicho de otro modo, no me siento obligado a obedecer a un gobierno u otro tipo de liderazgo que hace un uso de la autoridad alejado del propósito del Señor. Gobiernos, incluso liderazgos eclesiásticos, que solo buscan su propio beneficio, que usan los recursos del poder para favorecerse a ellos mismos y sus allegados, que generan políticas que son injustas y no promueven el bien común, no estamos obligados a obedecerlos ni someternos a ellos y sus políticas mezquinas.

Sin duda, lo que afirmo tiene sus peligros, por eso hemos de usar el discernimiento y la dependencia del Padre para juzgar la legitimidad o no de un gobierno. La llamada a la desobediencia civil no se lleva a cabo porque no me gustan determinadas políticas o no estoy de acuerdo con determinadas decisiones. Se hace en base a lo afirmado por Pablo, promover el bien y combatir el mal. Eso llevo a las comadronas de Egipto a oponerse a Faraón y a Martin Luther King al gobierno de los Estados Unidos.

¿Qué criterios usas para juzgar a tu gobierno? ¿Simpatía o antipatía? ¿Qué puntuación sacaría tu gobierno a la luz de los criterios paulinos?

 



Ya que están al servicio de Dios para hacer el bien. (Romanos 13:4)


Pablo establece con claridad que el principio de la autoridad, el gobierno, ha sido establecido por el Señor. También, en este pasaje de Romanos nos indica cuál es el propósito del mismo; promover el bien y ponerle coto al mal (13:3). Desde mi humilde punto de vista un gobierno o liderazgo es legítimo en la medida que cumple los propósitos diseñados por el Señor para la autoridad.

Dicho de otro modo, no me siento obligado a obedecer a un gobierno u otro tipo de liderazgo que hace un uso de la autoridad alejado del propósito del Señor. Gobiernos, incluso liderazgos eclesiásticos, que solo buscan su propio beneficio, que usan los recursos del poder para favorecerse a ellos mismos y sus allegados, que generan políticas que son injustas y no promueven el bien común, no estamos obligados a obedecerlos ni someternos a ellos y sus políticas mezquinas.

Sin duda, lo que afirmo tiene sus peligros, por eso hemos de usar el discernimiento y la dependencia del Padre para juzgar la legitimidad o no de un gobierno. La llamada a la desobediencia civil no se lleva a cabo porque no me gustan determinadas políticas o no estoy de acuerdo con determinadas decisiones. Se hace en base a lo afirmado por Pablo, promover el bien y combatir el mal. Eso llevo a las comadronas de Egipto a oponerse a Faraón y a Martin Luther King al gobierno de los Estados Unidos.

¿Qué criterios usas para juzgar a tu gobierno? ¿Simpatía o antipatía? ¿Qué puntuación sacaría tu gobierno a la luz de los criterios paulinos?