Porque, a pesar de las muchas tribulaciones que han soportado, su alegría es tanta que han convertido su extrema pobreza en derroche de generosidad. Testigo soy de que hand dado espontáneamente lo que podían, e incluso más de lo que podían. (2 Corintios 8:2-3)

Pablo estaba recaudando una ofrenda entre las iglesias de origen gentil para ayudar a la iglesia de Jerusalén que estaba pasando por una situación de extrema necesidad. Debido a la situación de pobreza de los filipenses, Pablo decide excluirlos de esa responsabilidad. Su respuesta es sorprendente. Ellos consideraban que ofrendar era un privilegio, no una carga; además, se sintieron ofendidos por ser excluidos de un privilegio.

Los filipenses nos enseñan mucho sobre el dar. Primero, que se trata de un privilegio, no una carga. Si dar, no importa cuál sea tu situación, lo percibes como una carga, tienes la perspectiva equivocada (recuerda la ciudad que ofrendó dos monedas de cobre). Segundo, es una respuesta natural de nuestra entrega previa a Dios (mira el versículo 5). La conversión del bolsillo es una evidencia de la conversión del corazón. Tercera, es una imitación del carácter de nuestro Dios que de forma constante da (mira el versículo 9 y Juan 3:16)

¿Das?



Porque, a pesar de las muchas tribulaciones que han soportado, su alegría es tanta que han convertido su extrema pobreza en derroche de generosidad. Testigo soy de que hand dado espontáneamente lo que podían, e incluso más de lo que podían. (2 Corintios 8:2-3)

Pablo estaba recaudando una ofrenda entre las iglesias de origen gentil para ayudar a la iglesia de Jerusalén que estaba pasando por una situación de extrema necesidad. Debido a la situación de pobreza de los filipenses, Pablo decide excluirlos de esa responsabilidad. Su respuesta es sorprendente. Ellos consideraban que ofrendar era un privilegio, no una carga; además, se sintieron ofendidos por ser excluidos de un privilegio.

Los filipenses nos enseñan mucho sobre el dar. Primero, que se trata de un privilegio, no una carga. Si dar, no importa cuál sea tu situación, lo percibes como una carga, tienes la perspectiva equivocada (recuerda la ciudad que ofrendó dos monedas de cobre). Segundo, es una respuesta natural de nuestra entrega previa a Dios (mira el versículo 5). La conversión del bolsillo es una evidencia de la conversión del corazón. Tercera, es una imitación del carácter de nuestro Dios que de forma constante da (mira el versículo 9 y Juan 3:16)

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Porque, a pesar de las muchas tribulaciones que han soportado, su alegría es tanta que han convertido su extrema pobreza en derroche de generosidad. Testigo soy de que hand dado espontáneamente lo que podían, e incluso más de lo que podían. (2 Corintios 8:2-3)

Pablo estaba recaudando una ofrenda entre las iglesias de origen gentil para ayudar a la iglesia de Jerusalén que estaba pasando por una situación de extrema necesidad. Debido a la situación de pobreza de los filipenses, Pablo decide excluirlos de esa responsabilidad. Su respuesta es sorprendente. Ellos consideraban que ofrendar era un privilegio, no una carga; además, se sintieron ofendidos por ser excluidos de un privilegio.

Los filipenses nos enseñan mucho sobre el dar. Primero, que se trata de un privilegio, no una carga. Si dar, no importa cuál sea tu situación, lo percibes como una carga, tienes la perspectiva equivocada (recuerda la ciudad que ofrendó dos monedas de cobre). Segundo, es una respuesta natural de nuestra entrega previa a Dios (mira el versículo 5). La conversión del bolsillo es una evidencia de la conversión del corazón. Tercera, es una imitación del carácter de nuestro Dios que de forma constante da (mira el versículo 9 y Juan 3:16)

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