Lo que distingue al auténtico judío es su interior, y la auténtica circuncisión es la del corazón, obra del Espíritu y no de reglas escritas. Y no serán los seres humanos sino Dios quien la alabe. (Romanos 2:29)

Para entender bien el significado de este pasaje debes cambiar la palabra judío por seguidor de Jesús. Lo que el apóstol está indicando es que ser cristiano es una cuestión del corazón y punto. En la antropología hebrea, a diferencia de la cultura popular, el corazón no tiene nada que ver con las emociones, es, por el contrario, el centro de control de la misma, donde se elabora y se gestiona el proyecto de vida. El propio Jesús indica que es el corazón el que produce las conductas visibles alineadas o, por el contrario, enfrentadas con la voluntad de Dios.

El propósito de la religión es moralizar, hacer.a las personas políticamente correctas. Una persona puede modificar sus conductas y hacerlas religiosamente aceptables y, sin embargo, dejar intacto su corazón que continúa estando en rebelión contra Dios y su autoridad. Contrariamente, el propósito de Jesús es cambiar nuestro corazón, ir al centro de control y transformarlo. En su lógica, las conductas correctas seguirán conforme el corazón vaya cambiando.

La aplicación es sencilla y potente. Lo que cuenta es el estado de tu corazón. El profeta Jeremías dice que vayamos con cuidado porque es, por naturaleza, engañosos. El salmista nos invita a ponerlo ante el Señor para que lo analice.

 



Lo que distingue al auténtico judío es su interior, y la auténtica circuncisión es la del corazón, obra del Espíritu y no de reglas escritas. Y no serán los seres humanos sino Dios quien la alabe. (Romanos 2:29)

Para entender bien el significado de este pasaje debes cambiar la palabra judío por seguidor de Jesús. Lo que el apóstol está indicando es que ser cristiano es una cuestión del corazón y punto. En la antropología hebrea, a diferencia de la cultura popular, el corazón no tiene nada que ver con las emociones, es, por el contrario, el centro de control de la misma, donde se elabora y se gestiona el proyecto de vida. El propio Jesús indica que es el corazón el que produce las conductas visibles alineadas o, por el contrario, enfrentadas con la voluntad de Dios.

El propósito de la religión es moralizar, hacer.a las personas políticamente correctas. Una persona puede modificar sus conductas y hacerlas religiosamente aceptables y, sin embargo, dejar intacto su corazón que continúa estando en rebelión contra Dios y su autoridad. Contrariamente, el propósito de Jesús es cambiar nuestro corazón, ir al centro de control y transformarlo. En su lógica, las conductas correctas seguirán conforme el corazón vaya cambiando.

La aplicación es sencilla y potente. Lo que cuenta es el estado de tu corazón. El profeta Jeremías dice que vayamos con cuidado porque es, por naturaleza, engañosos. El salmista nos invita a ponerlo ante el Señor para que lo analice.

 



Lo que distingue al auténtico judío es su interior, y la auténtica circuncisión es la del corazón, obra del Espíritu y no de reglas escritas. Y no serán los seres humanos sino Dios quien la alabe. (Romanos 2:29)

Para entender bien el significado de este pasaje debes cambiar la palabra judío por seguidor de Jesús. Lo que el apóstol está indicando es que ser cristiano es una cuestión del corazón y punto. En la antropología hebrea, a diferencia de la cultura popular, el corazón no tiene nada que ver con las emociones, es, por el contrario, el centro de control de la misma, donde se elabora y se gestiona el proyecto de vida. El propio Jesús indica que es el corazón el que produce las conductas visibles alineadas o, por el contrario, enfrentadas con la voluntad de Dios.

El propósito de la religión es moralizar, hacer.a las personas políticamente correctas. Una persona puede modificar sus conductas y hacerlas religiosamente aceptables y, sin embargo, dejar intacto su corazón que continúa estando en rebelión contra Dios y su autoridad. Contrariamente, el propósito de Jesús es cambiar nuestro corazón, ir al centro de control y transformarlo. En su lógica, las conductas correctas seguirán conforme el corazón vaya cambiando.

La aplicación es sencilla y potente. Lo que cuenta es el estado de tu corazón. El profeta Jeremías dice que vayamos con cuidado porque es, por naturaleza, engañosos. El salmista nos invita a ponerlo ante el Señor para que lo analice.