Si Dios no nos hubiera ayudado, ¿Qué habría sido de nosotros? (Salmo 124:1)


Es difícil comentar esta afirmación del salmista. Sin duda, todos en muchas ocasiones hemos experimentado la ayuda del Señor. Pero, si hemos de ser sinceros, es posible que hayan habido ocasiones en que no ha sido así. Es muy posible que muchos de nosotros en estos momentos estemos preguntándonos dónde esta Dios en medio de nuestro dolor o sufrimiento. 

El propio Jesús experimentó abandono y lo expreso con total claridad. Ya hemos leído suficiente de los salmos para identificarnos con los clamores de los salmistas expresando su sensación de abandono de parte de Dios. Hay ocasiones en que la ayuda del Señor no viene ni vendrá tal y como nosotros la esperamos o necesitamos. Habrá ocasiones en que nuestra situación no cambiará y sentiremos que nuestras oraciones no han sido escuchadas y nos sentiremos -una emoción subjetiva- dejados de la mano del Señor.

Esos son los momentos en que debemos recordar al siervo sufriente descrito por Isaías y cumplido en Jesús. Esos son los momentos en que debemos recordar al pastor descrito en el salmo 23 que está con nosotros en medio de el valle de sombra de muerte. Porque hay muchos momentos en que al mirar a los cielos en busca de la ayuda que no viene, no percibimos a Jesús, el varón de dolores experimentado en quebrantos, que a nuestro lado sufre con nosotros.

A la pregunta de, dónde está Dios cuando sufrimos, la respuesta es, a nuestro lado, sufriendo con nosotros.

 



Si Dios no nos hubiera ayudado, ¿Qué habría sido de nosotros? (Salmo 124:1)


Es difícil comentar esta afirmación del salmista. Sin duda, todos en muchas ocasiones hemos experimentado la ayuda del Señor. Pero, si hemos de ser sinceros, es posible que hayan habido ocasiones en que no ha sido así. Es muy posible que muchos de nosotros en estos momentos estemos preguntándonos dónde esta Dios en medio de nuestro dolor o sufrimiento. 

El propio Jesús experimentó abandono y lo expreso con total claridad. Ya hemos leído suficiente de los salmos para identificarnos con los clamores de los salmistas expresando su sensación de abandono de parte de Dios. Hay ocasiones en que la ayuda del Señor no viene ni vendrá tal y como nosotros la esperamos o necesitamos. Habrá ocasiones en que nuestra situación no cambiará y sentiremos que nuestras oraciones no han sido escuchadas y nos sentiremos -una emoción subjetiva- dejados de la mano del Señor.

Esos son los momentos en que debemos recordar al siervo sufriente descrito por Isaías y cumplido en Jesús. Esos son los momentos en que debemos recordar al pastor descrito en el salmo 23 que está con nosotros en medio de el valle de sombra de muerte. Porque hay muchos momentos en que al mirar a los cielos en busca de la ayuda que no viene, no percibimos a Jesús, el varón de dolores experimentado en quebrantos, que a nuestro lado sufre con nosotros.

A la pregunta de, dónde está Dios cuando sufrimos, la respuesta es, a nuestro lado, sufriendo con nosotros.

 



Si Dios no nos hubiera ayudado, ¿Qué habría sido de nosotros? (Salmo 124:1)


Es difícil comentar esta afirmación del salmista. Sin duda, todos en muchas ocasiones hemos experimentado la ayuda del Señor. Pero, si hemos de ser sinceros, es posible que hayan habido ocasiones en que no ha sido así. Es muy posible que muchos de nosotros en estos momentos estemos preguntándonos dónde esta Dios en medio de nuestro dolor o sufrimiento. 

El propio Jesús experimentó abandono y lo expreso con total claridad. Ya hemos leído suficiente de los salmos para identificarnos con los clamores de los salmistas expresando su sensación de abandono de parte de Dios. Hay ocasiones en que la ayuda del Señor no viene ni vendrá tal y como nosotros la esperamos o necesitamos. Habrá ocasiones en que nuestra situación no cambiará y sentiremos que nuestras oraciones no han sido escuchadas y nos sentiremos -una emoción subjetiva- dejados de la mano del Señor.

Esos son los momentos en que debemos recordar al siervo sufriente descrito por Isaías y cumplido en Jesús. Esos son los momentos en que debemos recordar al pastor descrito en el salmo 23 que está con nosotros en medio de el valle de sombra de muerte. Porque hay muchos momentos en que al mirar a los cielos en busca de la ayuda que no viene, no percibimos a Jesús, el varón de dolores experimentado en quebrantos, que a nuestro lado sufre con nosotros.

A la pregunta de, dónde está Dios cuando sufrimos, la respuesta es, a nuestro lado, sufriendo con nosotros.