Es preciso, por tanto, que tomemos en serio el mensaje recibido, si no queremos navegar a la deriva. (Hebreos 2:1)


Es bien conocida la historia acerca de cómo hacer hervir una rana. Si lanzas un batracio en un recipiente con agua hirviendo saltará automáticamente para ponerse a salvo del peligro. Sin embargo, si la colocas en un recipiente donde el agua se va calentando poco a poco, muy poco a poco, de manera casi imperceptible, el animal no reaccionara y, sin tener conciencia de ello, sin prisa pero sin pausa se va conociendo hasta que no tiene ya la capacidad de reaccionar. Si, soy consciente de que es una salvajada, y no estoy invitando a nadie a practicarlo. Sólo lo uso a modo de ilustración de procesos graduales que llega un momento que se convierten en irreversibles.

Esta es la idea que hay detrás de las palabras del escritor anónimo del libro de Hebreos. Indica que si no tomamos en serio el mensaje del evangelio recibido de Dios, podemos irnos alejando poco a poco de Él, de su presencia, de la relación con Él. Todo ello en un proceso apenas perceptible, apenas observable pero que, de forma inexorable nos va alejando hasta que el resultado final, tal y como se nos indica, es una vida a la deriva. El diccionario define "ir a la deriva" como la desviación del rumbo de un barco por causas incontrolables. Nuestra vida puede acabar de este modo cuando perdemos el anclaje que nos proporciona el mensaje de Dios.


¿Anclado o a la deriva?



Es preciso, por tanto, que tomemos en serio el mensaje recibido, si no queremos navegar a la deriva. (Hebreos 2:1)


Es bien conocida la historia acerca de cómo hacer hervir una rana. Si lanzas un batracio en un recipiente con agua hirviendo saltará automáticamente para ponerse a salvo del peligro. Sin embargo, si la colocas en un recipiente donde el agua se va calentando poco a poco, muy poco a poco, de manera casi imperceptible, el animal no reaccionara y, sin tener conciencia de ello, sin prisa pero sin pausa se va conociendo hasta que no tiene ya la capacidad de reaccionar. Si, soy consciente de que es una salvajada, y no estoy invitando a nadie a practicarlo. Sólo lo uso a modo de ilustración de procesos graduales que llega un momento que se convierten en irreversibles.

Esta es la idea que hay detrás de las palabras del escritor anónimo del libro de Hebreos. Indica que si no tomamos en serio el mensaje del evangelio recibido de Dios, podemos irnos alejando poco a poco de Él, de su presencia, de la relación con Él. Todo ello en un proceso apenas perceptible, apenas observable pero que, de forma inexorable nos va alejando hasta que el resultado final, tal y como se nos indica, es una vida a la deriva. El diccionario define "ir a la deriva" como la desviación del rumbo de un barco por causas incontrolables. Nuestra vida puede acabar de este modo cuando perdemos el anclaje que nos proporciona el mensaje de Dios.


¿Anclado o a la deriva?



Es preciso, por tanto, que tomemos en serio el mensaje recibido, si no queremos navegar a la deriva. (Hebreos 2:1)


Es bien conocida la historia acerca de cómo hacer hervir una rana. Si lanzas un batracio en un recipiente con agua hirviendo saltará automáticamente para ponerse a salvo del peligro. Sin embargo, si la colocas en un recipiente donde el agua se va calentando poco a poco, muy poco a poco, de manera casi imperceptible, el animal no reaccionara y, sin tener conciencia de ello, sin prisa pero sin pausa se va conociendo hasta que no tiene ya la capacidad de reaccionar. Si, soy consciente de que es una salvajada, y no estoy invitando a nadie a practicarlo. Sólo lo uso a modo de ilustración de procesos graduales que llega un momento que se convierten en irreversibles.

Esta es la idea que hay detrás de las palabras del escritor anónimo del libro de Hebreos. Indica que si no tomamos en serio el mensaje del evangelio recibido de Dios, podemos irnos alejando poco a poco de Él, de su presencia, de la relación con Él. Todo ello en un proceso apenas perceptible, apenas observable pero que, de forma inexorable nos va alejando hasta que el resultado final, tal y como se nos indica, es una vida a la deriva. El diccionario define "ir a la deriva" como la desviación del rumbo de un barco por causas incontrolables. Nuestra vida puede acabar de este modo cuando perdemos el anclaje que nos proporciona el mensaje de Dios.


¿Anclado o a la deriva?