Estoy agobiado y abatido, camino afligido todo el día... En ti, Señor, pongo mi esperanza, atiéndeme tú, Señor y Dios mío. (Salmo 38:6 y 15)


Una frase afirma que la valentía no es la carencia de miedo, sino la capacidad de actuar por encima de él. En muchas situaciones la ausencia de miedo no puede ser considerada valor, mas bien imprudencia, temeridad y falta de sentido común. En mi opinión hay algo similar con la fe. Tenerla no significa no experimentar en profundidad el impacto que la vida y las circunstancias tienen sobre nosotros. No es, como dice el salmista, no estar agobiado, afligido y abatido. Es experimentar todo eso, reconocerlo, tomar conciencia y, a la vez, poderlo gestionar con Dios para poder generar resiliencia y elevarnos por encima de esas circunstancias. Porque todo aquello que no reconocemos y gestionamos queda en nuestro interior y nos erosiona lenta pero continuamente.


¿Qué necesitas llevar ante el Señor el día de hoy?




 



Estoy agobiado y abatido, camino afligido todo el día... En ti, Señor, pongo mi esperanza, atiéndeme tú, Señor y Dios mío. (Salmo 38:6 y 15)


Una frase afirma que la valentía no es la carencia de miedo, sino la capacidad de actuar por encima de él. En muchas situaciones la ausencia de miedo no puede ser considerada valor, mas bien imprudencia, temeridad y falta de sentido común. En mi opinión hay algo similar con la fe. Tenerla no significa no experimentar en profundidad el impacto que la vida y las circunstancias tienen sobre nosotros. No es, como dice el salmista, no estar agobiado, afligido y abatido. Es experimentar todo eso, reconocerlo, tomar conciencia y, a la vez, poderlo gestionar con Dios para poder generar resiliencia y elevarnos por encima de esas circunstancias. Porque todo aquello que no reconocemos y gestionamos queda en nuestro interior y nos erosiona lenta pero continuamente.


¿Qué necesitas llevar ante el Señor el día de hoy?




 



Estoy agobiado y abatido, camino afligido todo el día... En ti, Señor, pongo mi esperanza, atiéndeme tú, Señor y Dios mío. (Salmo 38:6 y 15)


Una frase afirma que la valentía no es la carencia de miedo, sino la capacidad de actuar por encima de él. En muchas situaciones la ausencia de miedo no puede ser considerada valor, mas bien imprudencia, temeridad y falta de sentido común. En mi opinión hay algo similar con la fe. Tenerla no significa no experimentar en profundidad el impacto que la vida y las circunstancias tienen sobre nosotros. No es, como dice el salmista, no estar agobiado, afligido y abatido. Es experimentar todo eso, reconocerlo, tomar conciencia y, a la vez, poderlo gestionar con Dios para poder generar resiliencia y elevarnos por encima de esas circunstancias. Porque todo aquello que no reconocemos y gestionamos queda en nuestro interior y nos erosiona lenta pero continuamente.


¿Qué necesitas llevar ante el Señor el día de hoy?