Tú [Señor] no puedes ser amigo de gobernantes corruptos, que violan la ley y hacen planes malvados. Esa clase de gobernantes siempre está haciendo planes contra la gente honrada, y dicta sentencia de muerte contra la gente inocente. Esa gente es tan malvada que acabarás por destruirla. (Salmo 94:20-23)


Los evangelios nos narran el episodio de la transfiguración de Jesús en presencia de Juan, Pedro y Santiago. Una experiencia espiritual de primer orden que ningún otro mortal ha tenido el privilegio de presenciar. Pedro, como es natural, trata de retener ese momento, evitar que pase, alargarlo lo máximo posible en el tiempo; aún mejor, congelar el tiempo. Por eso, le propone al Señor el construir unos rústicos refugios para poder permanecer allí. Jesús, no hace caso de su petición y les indica que le sigan desde el monte al valle. Allí, nada más llegar, les espera la realidad de un mundo roto y necesitado ejemplificado por la angustia de un padre con su hijo endemoniado y sufriendo.

Creo que Satanás ha sido bien inteligente con su estrategia de desmovilización de la Iglesia. No ha sido necesario luchar contra ella, la ha convencido ¿o seducido? de que permanezca en el monte disfrutando de la comunión entre los hermanos y con Dios y, consecuentemente, que se olvide del valle y el sufrimiento de las personas que están padeciendo a nivel espiritual, físico, emocional, mental y social. Sigamos concentrados en todo lo bueno y maravilloso que el Señor ha hecho por nosotros, continuemos viéndolo como nuestro niñero emocional, nuestro seguro contra todo dolor y sufrimiento. Sigamos así, porque mientras permanezcamos en la cumbre no nos hemos de preocupar por el valle, no nos hemos de manchar con el barro y la suciedad de un mundo caído. ¡Qué fácil es olvidar que el Señor quiere misericordia y no sacrificios!

Aveces me pregunto si mientras disfrutamos de ese Dios que está centrado en nosotros, lo hemos perdido de vista y dejado solo en el valle ¿Qué crees?

 



Tú [Señor] no puedes ser amigo de gobernantes corruptos, que violan la ley y hacen planes malvados. Esa clase de gobernantes siempre está haciendo planes contra la gente honrada, y dicta sentencia de muerte contra la gente inocente. Esa gente es tan malvada que acabarás por destruirla. (Salmo 94:20-23)


Los evangelios nos narran el episodio de la transfiguración de Jesús en presencia de Juan, Pedro y Santiago. Una experiencia espiritual de primer orden que ningún otro mortal ha tenido el privilegio de presenciar. Pedro, como es natural, trata de retener ese momento, evitar que pase, alargarlo lo máximo posible en el tiempo; aún mejor, congelar el tiempo. Por eso, le propone al Señor el construir unos rústicos refugios para poder permanecer allí. Jesús, no hace caso de su petición y les indica que le sigan desde el monte al valle. Allí, nada más llegar, les espera la realidad de un mundo roto y necesitado ejemplificado por la angustia de un padre con su hijo endemoniado y sufriendo.

Creo que Satanás ha sido bien inteligente con su estrategia de desmovilización de la Iglesia. No ha sido necesario luchar contra ella, la ha convencido ¿o seducido? de que permanezca en el monte disfrutando de la comunión entre los hermanos y con Dios y, consecuentemente, que se olvide del valle y el sufrimiento de las personas que están padeciendo a nivel espiritual, físico, emocional, mental y social. Sigamos concentrados en todo lo bueno y maravilloso que el Señor ha hecho por nosotros, continuemos viéndolo como nuestro niñero emocional, nuestro seguro contra todo dolor y sufrimiento. Sigamos así, porque mientras permanezcamos en la cumbre no nos hemos de preocupar por el valle, no nos hemos de manchar con el barro y la suciedad de un mundo caído. ¡Qué fácil es olvidar que el Señor quiere misericordia y no sacrificios!

Aveces me pregunto si mientras disfrutamos de ese Dios que está centrado en nosotros, lo hemos perdido de vista y dejado solo en el valle ¿Qué crees?

 



Tú [Señor] no puedes ser amigo de gobernantes corruptos, que violan la ley y hacen planes malvados. Esa clase de gobernantes siempre está haciendo planes contra la gente honrada, y dicta sentencia de muerte contra la gente inocente. Esa gente es tan malvada que acabarás por destruirla. (Salmo 94:20-23)


Los evangelios nos narran el episodio de la transfiguración de Jesús en presencia de Juan, Pedro y Santiago. Una experiencia espiritual de primer orden que ningún otro mortal ha tenido el privilegio de presenciar. Pedro, como es natural, trata de retener ese momento, evitar que pase, alargarlo lo máximo posible en el tiempo; aún mejor, congelar el tiempo. Por eso, le propone al Señor el construir unos rústicos refugios para poder permanecer allí. Jesús, no hace caso de su petición y les indica que le sigan desde el monte al valle. Allí, nada más llegar, les espera la realidad de un mundo roto y necesitado ejemplificado por la angustia de un padre con su hijo endemoniado y sufriendo.

Creo que Satanás ha sido bien inteligente con su estrategia de desmovilización de la Iglesia. No ha sido necesario luchar contra ella, la ha convencido ¿o seducido? de que permanezca en el monte disfrutando de la comunión entre los hermanos y con Dios y, consecuentemente, que se olvide del valle y el sufrimiento de las personas que están padeciendo a nivel espiritual, físico, emocional, mental y social. Sigamos concentrados en todo lo bueno y maravilloso que el Señor ha hecho por nosotros, continuemos viéndolo como nuestro niñero emocional, nuestro seguro contra todo dolor y sufrimiento. Sigamos así, porque mientras permanezcamos en la cumbre no nos hemos de preocupar por el valle, no nos hemos de manchar con el barro y la suciedad de un mundo caído. ¡Qué fácil es olvidar que el Señor quiere misericordia y no sacrificios!

Aveces me pregunto si mientras disfrutamos de ese Dios que está centrado en nosotros, lo hemos perdido de vista y dejado solo en el valle ¿Qué crees?

 



Tú [Señor] no puedes ser amigo de gobernantes corruptos, que violan la ley y hacen planes malvados. Esa clase de gobernantes siempre está haciendo planes contra la gente honrada, y dicta sentencia de muerte contra la gente inocente. Esa gente es tan malvada que acabarás por destruirla. (Salmo 94:20-23)


Los evangelios nos narran el episodio de la transfiguración de Jesús en presencia de Juan, Pedro y Santiago. Una experiencia espiritual de primer orden que ningún otro mortal ha tenido el privilegio de presenciar. Pedro, como es natural, trata de retener ese momento, evitar que pase, alargarlo lo máximo posible en el tiempo; aún mejor, congelar el tiempo. Por eso, le propone al Señor el construir unos rústicos refugios para poder permanecer allí. Jesús, no hace caso de su petición y les indica que le sigan desde el monte al valle. Allí, nada más llegar, les espera la realidad de un mundo roto y necesitado ejemplificado por la angustia de un padre con su hijo endemoniado y sufriendo.

Creo que Satanás ha sido bien inteligente con su estrategia de desmovilización de la Iglesia. No ha sido necesario luchar contra ella, la ha convencido ¿o seducido? de que permanezca en el monte disfrutando de la comunión entre los hermanos y con Dios y, consecuentemente, que se olvide del valle y el sufrimiento de las personas que están padeciendo a nivel espiritual, físico, emocional, mental y social. Sigamos concentrados en todo lo bueno y maravilloso que el Señor ha hecho por nosotros, continuemos viéndolo como nuestro niñero emocional, nuestro seguro contra todo dolor y sufrimiento. Sigamos así, porque mientras permanezcamos en la cumbre no nos hemos de preocupar por el valle, no nos hemos de manchar con el barro y la suciedad de un mundo caído. ¡Qué fácil es olvidar que el Señor quiere misericordia y no sacrificios!

Aveces me pregunto si mientras disfrutamos de ese Dios que está centrado en nosotros, lo hemos perdido de vista y dejado solo en el valle ¿Qué crees?