Cuando una mujer que llevaba un perfume muy caro en un frasco de alabastro se acercó a él y vertió el perfume sobre su cabeza mientras estaba sentado a la mesa. Esta acción molestó a los discípulos, que dijeron: — ¿A qué viene tal derroche? Este perfume podía haberse vendido por muy buen precio y haber dado el importe a los pobres. Pero Jesús, advirtiendo lo que pasaba, les dijo: — ¿Por qué molestáis a esta mujer? Lo que ha hecho conmigo es bueno. A los pobres los tendréis siempre entre vosotros, pero a mí no me tendréis siempre. Al verter este perfume sobre mí, es como si preparara mi cuerpo para el entierro. (Mateo 26: 7-12)

Este pasaje es curioso; sobre todo por la reacción de los discípulos que se sintieron molestos por la acción de la mujer. Consideraron que lo hecho por ella era un derroche habiendo tantas necesidades, tanta gente pobre. Me da la impresión que esto refleja una situación universal, a saber, que nosotros no hacemos nada pero somos muy gratuitos y ligeros a la hora de valorar lo que otros hacen. El refrán español afirma que "es muy fácil mirar los toros desde la barrera"; es decir, juzgar el trabajo del torero desde la comodidad de nuestros asientos, sin mojarnos ni ponernos en peligro, comentando lo que debería hacer, cómo debería hacerlo y juzgando la calidad de su trabajo... todo ello sin hacer nada nosotros mismos. 
A las críticas de los discípulos Jesús contestó afirmando que las necesidades siempre estarían al alcance de ellos. Necesidades hay más que suficientes; el que no hace es porque no quiere, pero, al menos debería tener la decencia de callar y no juzgar los actos de aquel que mayor o menor acierto desea honrar a Jesús.

¿Eres torero o espectador?


Cuando una mujer que llevaba un perfume muy caro en un frasco de alabastro se acercó a él y vertió el perfume sobre su cabeza mientras estaba sentado a la mesa. Esta acción molestó a los discípulos, que dijeron: — ¿A qué viene tal derroche? Este perfume podía haberse vendido por muy buen precio y haber dado el importe a los pobres. Pero Jesús, advirtiendo lo que pasaba, les dijo: — ¿Por qué molestáis a esta mujer? Lo que ha hecho conmigo es bueno. A los pobres los tendréis siempre entre vosotros, pero a mí no me tendréis siempre. Al verter este perfume sobre mí, es como si preparara mi cuerpo para el entierro. (Mateo 26: 7-12)

Este pasaje es curioso; sobre todo por la reacción de los discípulos que se sintieron molestos por la acción de la mujer. Consideraron que lo hecho por ella era un derroche habiendo tantas necesidades, tanta gente pobre. Me da la impresión que esto refleja una situación universal, a saber, que nosotros no hacemos nada pero somos muy gratuitos y ligeros a la hora de valorar lo que otros hacen. El refrán español afirma que "es muy fácil mirar los toros desde la barrera"; es decir, juzgar el trabajo del torero desde la comodidad de nuestros asientos, sin mojarnos ni ponernos en peligro, comentando lo que debería hacer, cómo debería hacerlo y juzgando la calidad de su trabajo... todo ello sin hacer nada nosotros mismos. 
A las críticas de los discípulos Jesús contestó afirmando que las necesidades siempre estarían al alcance de ellos. Necesidades hay más que suficientes; el que no hace es porque no quiere, pero, al menos debería tener la decencia de callar y no juzgar los actos de aquel que mayor o menor acierto desea honrar a Jesús.

¿Eres torero o espectador?


Cuando una mujer que llevaba un perfume muy caro en un frasco de alabastro se acercó a él y vertió el perfume sobre su cabeza mientras estaba sentado a la mesa. Esta acción molestó a los discípulos, que dijeron: — ¿A qué viene tal derroche? Este perfume podía haberse vendido por muy buen precio y haber dado el importe a los pobres. Pero Jesús, advirtiendo lo que pasaba, les dijo: — ¿Por qué molestáis a esta mujer? Lo que ha hecho conmigo es bueno. A los pobres los tendréis siempre entre vosotros, pero a mí no me tendréis siempre. Al verter este perfume sobre mí, es como si preparara mi cuerpo para el entierro. (Mateo 26: 7-12)

Este pasaje es curioso; sobre todo por la reacción de los discípulos que se sintieron molestos por la acción de la mujer. Consideraron que lo hecho por ella era un derroche habiendo tantas necesidades, tanta gente pobre. Me da la impresión que esto refleja una situación universal, a saber, que nosotros no hacemos nada pero somos muy gratuitos y ligeros a la hora de valorar lo que otros hacen. El refrán español afirma que "es muy fácil mirar los toros desde la barrera"; es decir, juzgar el trabajo del torero desde la comodidad de nuestros asientos, sin mojarnos ni ponernos en peligro, comentando lo que debería hacer, cómo debería hacerlo y juzgando la calidad de su trabajo... todo ello sin hacer nada nosotros mismos. 
A las críticas de los discípulos Jesús contestó afirmando que las necesidades siempre estarían al alcance de ellos. Necesidades hay más que suficientes; el que no hace es porque no quiere, pero, al menos debería tener la decencia de callar y no juzgar los actos de aquel que mayor o menor acierto desea honrar a Jesús.

¿Eres torero o espectador?