Hermanos míos, si uno de vosotros se aleja de la verdad y otro lo vuelve al buen camino, sabed que aquel que convierte de su extravío a un pecador, lo salvará de la muerte y alcanzará el perdón para un sinfín de pecados. (Santiago 5:19-20)


El refrán castellano afirma que, del árbol caído todo el mundo hace leña; viene a decir cuán fácil es añadir más daño a aquel que, por las razones que sean, aunque se lo haya buscado él mismo, pasa por una situación difícil. Ya Pablo nos advirtió que seamos sensibles con aquel que cae, nosotros estamos a un paso de caer también. Si nos mantenemos firmes es por la pura misericordia del Señor. La Escritura también afirma en variadas ocasiones lo importante que es tener una actitud compasiva y restauradora hacia el caído. Se nos advierte que con la medida que midamos nos medirán a nosotros. Finalmente, Jesús enseñó en las bienaventuranzas que los que practican misericordia recibirán, ellos mismos misericordia. Ante el que cae y se desvía lo más fácil y lo que nos pide el cuerpo es el juicio y la condena. Hay un cierto morbo cruelmente gratificante en juzgar y despellejar a ese tipo de personas. Santiago, por el contrario, nos pide que hagamos lo que esté en nuestra mano por el volverlo al camino; eso es algo que bendecirá a la persona, nos bendecirá a nosotros mismos y honrará a Dios.

¿Cuál es tu actitud hacia el caído?



Hermanos míos, si uno de vosotros se aleja de la verdad y otro lo vuelve al buen camino, sabed que aquel que convierte de su extravío a un pecador, lo salvará de la muerte y alcanzará el perdón para un sinfín de pecados. (Santiago 5:19-20)


El refrán castellano afirma que, del árbol caído todo el mundo hace leña; viene a decir cuán fácil es añadir más daño a aquel que, por las razones que sean, aunque se lo haya buscado él mismo, pasa por una situación difícil. Ya Pablo nos advirtió que seamos sensibles con aquel que cae, nosotros estamos a un paso de caer también. Si nos mantenemos firmes es por la pura misericordia del Señor. La Escritura también afirma en variadas ocasiones lo importante que es tener una actitud compasiva y restauradora hacia el caído. Se nos advierte que con la medida que midamos nos medirán a nosotros. Finalmente, Jesús enseñó en las bienaventuranzas que los que practican misericordia recibirán, ellos mismos misericordia. Ante el que cae y se desvía lo más fácil y lo que nos pide el cuerpo es el juicio y la condena. Hay un cierto morbo cruelmente gratificante en juzgar y despellejar a ese tipo de personas. Santiago, por el contrario, nos pide que hagamos lo que esté en nuestra mano por el volverlo al camino; eso es algo que bendecirá a la persona, nos bendecirá a nosotros mismos y honrará a Dios.

¿Cuál es tu actitud hacia el caído?



Hermanos míos, si uno de vosotros se aleja de la verdad y otro lo vuelve al buen camino, sabed que aquel que convierte de su extravío a un pecador, lo salvará de la muerte y alcanzará el perdón para un sinfín de pecados. (Santiago 5:19-20)


El refrán castellano afirma que, del árbol caído todo el mundo hace leña; viene a decir cuán fácil es añadir más daño a aquel que, por las razones que sean, aunque se lo haya buscado él mismo, pasa por una situación difícil. Ya Pablo nos advirtió que seamos sensibles con aquel que cae, nosotros estamos a un paso de caer también. Si nos mantenemos firmes es por la pura misericordia del Señor. La Escritura también afirma en variadas ocasiones lo importante que es tener una actitud compasiva y restauradora hacia el caído. Se nos advierte que con la medida que midamos nos medirán a nosotros. Finalmente, Jesús enseñó en las bienaventuranzas que los que practican misericordia recibirán, ellos mismos misericordia. Ante el que cae y se desvía lo más fácil y lo que nos pide el cuerpo es el juicio y la condena. Hay un cierto morbo cruelmente gratificante en juzgar y despellejar a ese tipo de personas. Santiago, por el contrario, nos pide que hagamos lo que esté en nuestra mano por el volverlo al camino; eso es algo que bendecirá a la persona, nos bendecirá a nosotros mismos y honrará a Dios.

¿Cuál es tu actitud hacia el caído?



Hermanos míos, si uno de vosotros se aleja de la verdad y otro lo vuelve al buen camino, sabed que aquel que convierte de su extravío a un pecador, lo salvará de la muerte y alcanzará el perdón para un sinfín de pecados. (Santiago 5:19-20)


El refrán castellano afirma que, del árbol caído todo el mundo hace leña; viene a decir cuán fácil es añadir más daño a aquel que, por las razones que sean, aunque se lo haya buscado él mismo, pasa por una situación difícil. Ya Pablo nos advirtió que seamos sensibles con aquel que cae, nosotros estamos a un paso de caer también. Si nos mantenemos firmes es por la pura misericordia del Señor. La Escritura también afirma en variadas ocasiones lo importante que es tener una actitud compasiva y restauradora hacia el caído. Se nos advierte que con la medida que midamos nos medirán a nosotros. Finalmente, Jesús enseñó en las bienaventuranzas que los que practican misericordia recibirán, ellos mismos misericordia. Ante el que cae y se desvía lo más fácil y lo que nos pide el cuerpo es el juicio y la condena. Hay un cierto morbo cruelmente gratificante en juzgar y despellejar a ese tipo de personas. Santiago, por el contrario, nos pide que hagamos lo que esté en nuestra mano por el volverlo al camino; eso es algo que bendecirá a la persona, nos bendecirá a nosotros mismos y honrará a Dios.

¿Cuál es tu actitud hacia el caído?