Porque ha sido grande tu amor conmigo. (Salmo 86:13)


Una de las capacidades maravillosas del ser humano es la de olvidar. Olvidar nos protege del dolor continuado de revivir una y otra vez situaciones que nos han causado sufrimiento. Olvidar previene que la amargura, la desesperación, el resentimiento y tantos otros sentimientos negativos destruyan el corazón carcomiéndolo por dentro. Olvidar nos permite vivir libre de las cargas del pasado para centrarnos en el presente con una confianza en Dios para el futuro. ¡Qué bien que el Señor nos ha diseñado con esta capacidad!

Pero olvidar también tiene su lado negativo. Las cosas buenas que hemos vivido y experimentado, con el paso del tiempo, pierden intensidad, se difuminan y ya no tienen la capacidad de suscitar en nosotros las mismas emociones que generaron cuando las experimentamos. Lo mismo nos puede pasar con Dios,  sus bendiciones, su amor y su gracia hacia nosotros. Es fácil olvidar todo lo que ha hecho en nosotros y por nosotros. Especialmente cuando estamos sufriendo y lo pasamos mal es fácil centrarnos en la situación y que el árbol del dolor y el sufrimiento nos impida ver el bosque de la bendición pasada y presente. Por eso, en este salmo, que lo es de angustia y súplica, David tiene tiempo para recordar el amor del Señor a lo largo de su vida. Nosotros haríamos bien el no olvidar y recordar y anotar las bendiciones de Dios sobre nosotros.


¿De qué modos ha sido grande el amor de Dios contigo?



Porque ha sido grande tu amor conmigo. (Salmo 86:13)


Una de las capacidades maravillosas del ser humano es la de olvidar. Olvidar nos protege del dolor continuado de revivir una y otra vez situaciones que nos han causado sufrimiento. Olvidar previene que la amargura, la desesperación, el resentimiento y tantos otros sentimientos negativos destruyan el corazón carcomiéndolo por dentro. Olvidar nos permite vivir libre de las cargas del pasado para centrarnos en el presente con una confianza en Dios para el futuro. ¡Qué bien que el Señor nos ha diseñado con esta capacidad!

Pero olvidar también tiene su lado negativo. Las cosas buenas que hemos vivido y experimentado, con el paso del tiempo, pierden intensidad, se difuminan y ya no tienen la capacidad de suscitar en nosotros las mismas emociones que generaron cuando las experimentamos. Lo mismo nos puede pasar con Dios,  sus bendiciones, su amor y su gracia hacia nosotros. Es fácil olvidar todo lo que ha hecho en nosotros y por nosotros. Especialmente cuando estamos sufriendo y lo pasamos mal es fácil centrarnos en la situación y que el árbol del dolor y el sufrimiento nos impida ver el bosque de la bendición pasada y presente. Por eso, en este salmo, que lo es de angustia y súplica, David tiene tiempo para recordar el amor del Señor a lo largo de su vida. Nosotros haríamos bien el no olvidar y recordar y anotar las bendiciones de Dios sobre nosotros.


¿De qué modos ha sido grande el amor de Dios contigo?



Porque ha sido grande tu amor conmigo. (Salmo 86:13)


Una de las capacidades maravillosas del ser humano es la de olvidar. Olvidar nos protege del dolor continuado de revivir una y otra vez situaciones que nos han causado sufrimiento. Olvidar previene que la amargura, la desesperación, el resentimiento y tantos otros sentimientos negativos destruyan el corazón carcomiéndolo por dentro. Olvidar nos permite vivir libre de las cargas del pasado para centrarnos en el presente con una confianza en Dios para el futuro. ¡Qué bien que el Señor nos ha diseñado con esta capacidad!

Pero olvidar también tiene su lado negativo. Las cosas buenas que hemos vivido y experimentado, con el paso del tiempo, pierden intensidad, se difuminan y ya no tienen la capacidad de suscitar en nosotros las mismas emociones que generaron cuando las experimentamos. Lo mismo nos puede pasar con Dios,  sus bendiciones, su amor y su gracia hacia nosotros. Es fácil olvidar todo lo que ha hecho en nosotros y por nosotros. Especialmente cuando estamos sufriendo y lo pasamos mal es fácil centrarnos en la situación y que el árbol del dolor y el sufrimiento nos impida ver el bosque de la bendición pasada y presente. Por eso, en este salmo, que lo es de angustia y súplica, David tiene tiempo para recordar el amor del Señor a lo largo de su vida. Nosotros haríamos bien el no olvidar y recordar y anotar las bendiciones de Dios sobre nosotros.


¿De qué modos ha sido grande el amor de Dios contigo?