Tú has alegrado mi corazón más que cuando abunda el trigo y el mosto. En paz me acuesto y al instante me duermo porque solo tú, Señor, me haces vivir tranquilo. (Salmo 4:8-9)


Entiendo que los salmos son expresiones de la experiencia de David con el Señor; reflejan lo que Él significaba para el salmista, qué influencia tenía sobre su vida. En este salmo hace dos afirmaciones que me han hecho pensar sobre mi propia experiencia con Dios; David afirma que el Señor le provee gozo y paz. Ambas son dos características muy importantes para poder vivir una vida plena. En cuanto al gozo hace un contraste entre la alegría que produce el mosto y el trigo y la que trae Dios al corazón; en ambas cosas veo representados el placer y la prosperidad económica; cosas ambas buenas en sí, sin ninguna duda, pero que proveen alegría y no gozo. La alegría es un estado de exaltación emocional temporal producido por un agente o circunstancia externa. La alegría produce una satisfacción por lo general inmediata, momentánea y perecedera; el gozo, por el contrario, está más allá de las circunstancias del momento y se manifiesta, no debido a ellas, sino a pesar de ellas; la alegría es externa, el gozo es interno. En este caso el gozo es el resultado de la presencia del Señor en la vida del salmista quien, como sabemos, pasó por tremendas y difíciles circunstancias en muchos momentos de su vida.

La paz de la que habla David viene también como resultado de la presencia de Dios. Está no anula ni hace desaparecer los peligros y las amenazas ¡Para nada!, sin embargo, nos da esa capacidad para vivir por encima de ellas descansando en el Señor. La lectura de la vida de David nos muestra que esa confianza en Dios fue un distintivo de su caminar con el Señor. La experiencia me ha mostrado que, en general, la vida no es fácil para nadie. He visto que para muchos la seguridad económica en este mundo tan inestable es la máxima aspiración y la que turba su corazón. En contraste, he apreciado que aquellos que la poseen tienen otras cuitas y preocupaciones que les roban la paz y el gozo. Todo ello me lleva a pensar que hay un tipo de satisfacción que sólo en Dios se puede encontrar de forma permanente.


¿En qué medida puedes hacer tuyas las palabras del salmista? ¿Qué te roba la paz y el gozo que son tu derecho como seguidor de Jesús? ¿Qué puedes hacer al respecto?



Tú has alegrado mi corazón más que cuando abunda el trigo y el mosto. En paz me acuesto y al instante me duermo porque solo tú, Señor, me haces vivir tranquilo. (Salmo 4:8-9)


Entiendo que los salmos son expresiones de la experiencia de David con el Señor; reflejan lo que Él significaba para el salmista, qué influencia tenía sobre su vida. En este salmo hace dos afirmaciones que me han hecho pensar sobre mi propia experiencia con Dios; David afirma que el Señor le provee gozo y paz. Ambas son dos características muy importantes para poder vivir una vida plena. En cuanto al gozo hace un contraste entre la alegría que produce el mosto y el trigo y la que trae Dios al corazón; en ambas cosas veo representados el placer y la prosperidad económica; cosas ambas buenas en sí, sin ninguna duda, pero que proveen alegría y no gozo. La alegría es un estado de exaltación emocional temporal producido por un agente o circunstancia externa. La alegría produce una satisfacción por lo general inmediata, momentánea y perecedera; el gozo, por el contrario, está más allá de las circunstancias del momento y se manifiesta, no debido a ellas, sino a pesar de ellas; la alegría es externa, el gozo es interno. En este caso el gozo es el resultado de la presencia del Señor en la vida del salmista quien, como sabemos, pasó por tremendas y difíciles circunstancias en muchos momentos de su vida.

La paz de la que habla David viene también como resultado de la presencia de Dios. Está no anula ni hace desaparecer los peligros y las amenazas ¡Para nada!, sin embargo, nos da esa capacidad para vivir por encima de ellas descansando en el Señor. La lectura de la vida de David nos muestra que esa confianza en Dios fue un distintivo de su caminar con el Señor. La experiencia me ha mostrado que, en general, la vida no es fácil para nadie. He visto que para muchos la seguridad económica en este mundo tan inestable es la máxima aspiración y la que turba su corazón. En contraste, he apreciado que aquellos que la poseen tienen otras cuitas y preocupaciones que les roban la paz y el gozo. Todo ello me lleva a pensar que hay un tipo de satisfacción que sólo en Dios se puede encontrar de forma permanente.


¿En qué medida puedes hacer tuyas las palabras del salmista? ¿Qué te roba la paz y el gozo que son tu derecho como seguidor de Jesús? ¿Qué puedes hacer al respecto?