hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que corresponde a la plena madurez de Cristo. Ya no seremos como niños, que cambian fácilmente de parecer y que son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza hasta dejarse engañar por gente astuta que anda por caminos equivocados. (Efesios 4:13-14)


El contraste entre una brújula y una veleta es evidente. Mientras la primera siempre marca al norte, la segunda simplemente apunta hacia donde el viento la empuja. La brújula tiene su sentido de orientación interno y propio, conecta con el norte magnético de la tierra. La segunda está a merced de los cambios caprichosos del viento; no solamente cada día puede moverse en direcciones opuestas, sino que en un mismo día puede cambiar drásticamente de orientación en varias ocasiones, ahora para aquí y luego para allá.

Pablo, escribiendo a los efesios les habla de los cristianos que viven bajo el paradigma de la veleta. Los califica como inmaduros, sin criterio personal y propio (un norte) y a merced de la corriente de vida o pensamiento que con más fuerza sople en su entorno personal o social. En términos prácticos eso significa que los valores, principios, prioridades y, en general, su estilo de vida, no están impulsados por la Palabra de Dios, antes al contrario, lo son por las formas de pensar, filosofías y paradigmas de este mundo. 

Esa es la razón por la cual todos los grandes grupos sociales, económicos y políticos tratan de controlar los medios de comunicación. Estos son los que forman lo que se ha dado en llamar "la opinión pública"; moldean la forma en que las personas ven, perciben y procesan la realidad y, consecuentemente, la orientan en el sentido y la dirección que ellos desean. Muchísimas personas en nuestros entornos -incluidos muchos seguidores de Jesús- alimentan sus mentes  única y exclusivamente con productos generados por los medios y las redes sociales. Su forma de ver y vivir la vida se orientan en función de las mismas y no del norte de la Palabra de Dios. Son, lamentablemente, veletas a merced del viento que con mayor fuerza sopla. 

Si bien esto es un serio problema para cualquier seguidor del Maestro, todavía lo es mucho más para alguien situado en una posición de liderazgo. Pues si el líder, que se supone que guía a otros, es él mismo una veleta a merced de los vientos que le influencian ¿Dónde llevará a sus seguidores?


¿Brújula o veleta? ¿Qué paradigma gobierna tu vida?


hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que corresponde a la plena madurez de Cristo. Ya no seremos como niños, que cambian fácilmente de parecer y que son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza hasta dejarse engañar por gente astuta que anda por caminos equivocados. (Efesios 4:13-14)


El contraste entre una brújula y una veleta es evidente. Mientras la primera siempre marca al norte, la segunda simplemente apunta hacia donde el viento la empuja. La brújula tiene su sentido de orientación interno y propio, conecta con el norte magnético de la tierra. La segunda está a merced de los cambios caprichosos del viento; no solamente cada día puede moverse en direcciones opuestas, sino que en un mismo día puede cambiar drásticamente de orientación en varias ocasiones, ahora para aquí y luego para allá.

Pablo, escribiendo a los efesios les habla de los cristianos que viven bajo el paradigma de la veleta. Los califica como inmaduros, sin criterio personal y propio (un norte) y a merced de la corriente de vida o pensamiento que con más fuerza sople en su entorno personal o social. En términos prácticos eso significa que los valores, principios, prioridades y, en general, su estilo de vida, no están impulsados por la Palabra de Dios, antes al contrario, lo son por las formas de pensar, filosofías y paradigmas de este mundo. 

Esa es la razón por la cual todos los grandes grupos sociales, económicos y políticos tratan de controlar los medios de comunicación. Estos son los que forman lo que se ha dado en llamar "la opinión pública"; moldean la forma en que las personas ven, perciben y procesan la realidad y, consecuentemente, la orientan en el sentido y la dirección que ellos desean. Muchísimas personas en nuestros entornos -incluidos muchos seguidores de Jesús- alimentan sus mentes  única y exclusivamente con productos generados por los medios y las redes sociales. Su forma de ver y vivir la vida se orientan en función de las mismas y no del norte de la Palabra de Dios. Son, lamentablemente, veletas a merced del viento que con mayor fuerza sopla. 

Si bien esto es un serio problema para cualquier seguidor del Maestro, todavía lo es mucho más para alguien situado en una posición de liderazgo. Pues si el líder, que se supone que guía a otros, es él mismo una veleta a merced de los vientos que le influencian ¿Dónde llevará a sus seguidores?


¿Brújula o veleta? ¿Qué paradigma gobierna tu vida?


hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que corresponde a la plena madurez de Cristo. Ya no seremos como niños, que cambian fácilmente de parecer y que son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza hasta dejarse engañar por gente astuta que anda por caminos equivocados. (Efesios 4:13-14)


El contraste entre una brújula y una veleta es evidente. Mientras la primera siempre marca al norte, la segunda simplemente apunta hacia donde el viento la empuja. La brújula tiene su sentido de orientación interno y propio, conecta con el norte magnético de la tierra. La segunda está a merced de los cambios caprichosos del viento; no solamente cada día puede moverse en direcciones opuestas, sino que en un mismo día puede cambiar drásticamente de orientación en varias ocasiones, ahora para aquí y luego para allá.

Pablo, escribiendo a los efesios les habla de los cristianos que viven bajo el paradigma de la veleta. Los califica como inmaduros, sin criterio personal y propio (un norte) y a merced de la corriente de vida o pensamiento que con más fuerza sople en su entorno personal o social. En términos prácticos eso significa que los valores, principios, prioridades y, en general, su estilo de vida, no están impulsados por la Palabra de Dios, antes al contrario, lo son por las formas de pensar, filosofías y paradigmas de este mundo. 

Esa es la razón por la cual todos los grandes grupos sociales, económicos y políticos tratan de controlar los medios de comunicación. Estos son los que forman lo que se ha dado en llamar "la opinión pública"; moldean la forma en que las personas ven, perciben y procesan la realidad y, consecuentemente, la orientan en el sentido y la dirección que ellos desean. Muchísimas personas en nuestros entornos -incluidos muchos seguidores de Jesús- alimentan sus mentes  única y exclusivamente con productos generados por los medios y las redes sociales. Su forma de ver y vivir la vida se orientan en función de las mismas y no del norte de la Palabra de Dios. Son, lamentablemente, veletas a merced del viento que con mayor fuerza sopla. 

Si bien esto es un serio problema para cualquier seguidor del Maestro, todavía lo es mucho más para alguien situado en una posición de liderazgo. Pues si el líder, que se supone que guía a otros, es él mismo una veleta a merced de los vientos que le influencian ¿Dónde llevará a sus seguidores?


¿Brújula o veleta? ¿Qué paradigma gobierna tu vida?