Acuérdate del sábado para consagrarlo al Señor (Éxodo 20:8)


Es interesante que en los Diez Mandamientos el dedicado al día de reposo es que es explicado en más extensión, el más largo, al que se le dedica más atención. También es curioso que el Señor nos mande descansar en vez de mandarnos trabajar. Él creó ambas cosas, trabajo y descanso, y las creó antes de que el ser humano se rebelara contra Él y su autoridad. Todo parece indicar que nuestra tendencia a causa del pecado sería desequilibrarnos en el punto del trabajo y no del descanso ¡Así somos! 

Este desequilibrio ha llegado a su extremo en la cultura occidental donde predomina el 24/7. Hay amigos que nos visitan de otros países de América y se extrañan de que ¡Todavía! los negocios, tiendas y centros comerciales estén cerrados la mayoría de los domingos y días festivos. Sin duda, existen sectores donde el 24/7 se da pero, y así lo afirmo, gracias al Señor, eso todavía es lo excepcional y no lo norma. 

De hecho, relacionando este pensamiento con el del día anterior, la tendencia en nuestra sociedad es a hacer del trabajo un dios, en cuyo altar se sacrifica tiempo -que es lo mismo que vida- salud, familia y todo lo que haga falta. El consumo, el rendimiento a cualquier precio y la maximización de los beneficios son dioses asociados que también son adorados.

Soy consciente que desde la venida de Jesús todos los días son igualmente santos. Sin embargo, es mi humilde opinión que una cosa no debe privarnos de hacer la otra. El domingo sigue siendo un día que tiene un propósito especial -del que hablaré otro día- y para ese propósito Dios nos pide que liberemos un tiempo especial. Así pues, todos los días son santos, pero hay uno que tiene un propósito definido por el Señor y que no puede ser logrado en los otros días: descansar, recrearnos, pasar tiempo especial con Él.


¿Qué beneficios traería a tu vida el guardar el día del Señor para recrearte, descansar y centrarte en Él?



Acuérdate del sábado para consagrarlo al Señor (Éxodo 20:8)


Es interesante que en los Diez Mandamientos el dedicado al día de reposo es que es explicado en más extensión, el más largo, al que se le dedica más atención. También es curioso que el Señor nos mande descansar en vez de mandarnos trabajar. Él creó ambas cosas, trabajo y descanso, y las creó antes de que el ser humano se rebelara contra Él y su autoridad. Todo parece indicar que nuestra tendencia a causa del pecado sería desequilibrarnos en el punto del trabajo y no del descanso ¡Así somos! 

Este desequilibrio ha llegado a su extremo en la cultura occidental donde predomina el 24/7. Hay amigos que nos visitan de otros países de América y se extrañan de que ¡Todavía! los negocios, tiendas y centros comerciales estén cerrados la mayoría de los domingos y días festivos. Sin duda, existen sectores donde el 24/7 se da pero, y así lo afirmo, gracias al Señor, eso todavía es lo excepcional y no lo norma. 

De hecho, relacionando este pensamiento con el del día anterior, la tendencia en nuestra sociedad es a hacer del trabajo un dios, en cuyo altar se sacrifica tiempo -que es lo mismo que vida- salud, familia y todo lo que haga falta. El consumo, el rendimiento a cualquier precio y la maximización de los beneficios son dioses asociados que también son adorados.

Soy consciente que desde la venida de Jesús todos los días son igualmente santos. Sin embargo, es mi humilde opinión que una cosa no debe privarnos de hacer la otra. El domingo sigue siendo un día que tiene un propósito especial -del que hablaré otro día- y para ese propósito Dios nos pide que liberemos un tiempo especial. Así pues, todos los días son santos, pero hay uno que tiene un propósito definido por el Señor y que no puede ser logrado en los otros días: descansar, recrearnos, pasar tiempo especial con Él.


¿Qué beneficios traería a tu vida el guardar el día del Señor para recrearte, descansar y centrarte en Él?



Acuérdate del sábado para consagrarlo al Señor (Éxodo 20:8)


Es interesante que en los Diez Mandamientos el dedicado al día de reposo es que es explicado en más extensión, el más largo, al que se le dedica más atención. También es curioso que el Señor nos mande descansar en vez de mandarnos trabajar. Él creó ambas cosas, trabajo y descanso, y las creó antes de que el ser humano se rebelara contra Él y su autoridad. Todo parece indicar que nuestra tendencia a causa del pecado sería desequilibrarnos en el punto del trabajo y no del descanso ¡Así somos! 

Este desequilibrio ha llegado a su extremo en la cultura occidental donde predomina el 24/7. Hay amigos que nos visitan de otros países de América y se extrañan de que ¡Todavía! los negocios, tiendas y centros comerciales estén cerrados la mayoría de los domingos y días festivos. Sin duda, existen sectores donde el 24/7 se da pero, y así lo afirmo, gracias al Señor, eso todavía es lo excepcional y no lo norma. 

De hecho, relacionando este pensamiento con el del día anterior, la tendencia en nuestra sociedad es a hacer del trabajo un dios, en cuyo altar se sacrifica tiempo -que es lo mismo que vida- salud, familia y todo lo que haga falta. El consumo, el rendimiento a cualquier precio y la maximización de los beneficios son dioses asociados que también son adorados.

Soy consciente que desde la venida de Jesús todos los días son igualmente santos. Sin embargo, es mi humilde opinión que una cosa no debe privarnos de hacer la otra. El domingo sigue siendo un día que tiene un propósito especial -del que hablaré otro día- y para ese propósito Dios nos pide que liberemos un tiempo especial. Así pues, todos los días son santos, pero hay uno que tiene un propósito definido por el Señor y que no puede ser logrado en los otros días: descansar, recrearnos, pasar tiempo especial con Él.


¿Qué beneficios traería a tu vida el guardar el día del Señor para recrearte, descansar y centrarte en Él?