Jesús afirma en esta parábola que aquel que tiene todavía recibirá más; contrariamente, el que tiene poco, hasta ese poco le será quitado. Es una frase paradójica, como tantas otras que encontramos en la Biblia en general y las enseñanzas del Maestro en particular. La paradoja es un hecho o dicho que parece contrario a la lógica. Jesús enseña que hay más felicidad en dar que en recibir, que para vivir hay que morir, que el mayor es el menor y así una tras otra. Las paradojas de Jesús desafían la lógica, la forma de pensar y los valores de la sociedad en la que nos ha tocado vivir y, precisamente por eso, a sus seguidores nos coloca en una disyuntiva, seguir la lógica del Reino de Dios o, por el contrario, la de nuestro mundo. El Espíritu nos invita a seguir al Maestro, la razón, con demasiada frecuencia, nos indica que no parece tener mucho sentido. 

En el Reino cuanta más fidelidad muestras más capacidad recibes de parte del Señor, más bendecido es tu servicio y más oportunidades nuevas se generan para ser bendecido y bendecir a otros. Cuanto más usas tus dones y talentos más se desarrollan los mismos y, consecuentemente más logros obtienes y más impacto produces en las vidas de otros. De alguna manera el uso continuado de aquello que el Señor te ha confiado genera en ti una capacidad para crear nuevas oportunidades y detectar la ya existentes. Es como la musculatura, su uso continuado lo desarrolla más y más. Pero lo contrario también es cierto, cuanto menos se usa un determinado músculo más se va atrofiando y perdiendo su elasticidad y capacidad de trabajo. Aquel que no usa los dones y talentos otorgados por el Señor verá que cada vez tiene menos capacidad y cada vez detecta y aprovecha menos las muchas oportunidades que Dios le da. Su impacto en la vida de otros es nulo y su crecimiento espiritual cero. 

Son dos espirales contrapuestas, una es la espiral del crecimiento, la madurez y el impacto constante y creciente. La otra, la de estancamiento personal, en el seguimiento de Jesús y en el impacto en un mundo roto. La brecha entre ambas no para de crecer con el paso del tiempo.

¿Cuál de las dos espirales describe mejor tu vida?





Jesús afirma en esta parábola que aquel que tiene todavía recibirá más; contrariamente, el que tiene poco, hasta ese poco le será quitado. Es una frase paradójica, como tantas otras que encontramos en la Biblia en general y las enseñanzas del Maestro en particular. La paradoja es un hecho o dicho que parece contrario a la lógica. Jesús enseña que hay más felicidad en dar que en recibir, que para vivir hay que morir, que el mayor es el menor y así una tras otra. Las paradojas de Jesús desafían la lógica, la forma de pensar y los valores de la sociedad en la que nos ha tocado vivir y, precisamente por eso, a sus seguidores nos coloca en una disyuntiva, seguir la lógica del Reino de Dios o, por el contrario, la de nuestro mundo. El Espíritu nos invita a seguir al Maestro, la razón, con demasiada frecuencia, nos indica que no parece tener mucho sentido. 

En el Reino cuanta más fidelidad muestras más capacidad recibes de parte del Señor, más bendecido es tu servicio y más oportunidades nuevas se generan para ser bendecido y bendecir a otros. Cuanto más usas tus dones y talentos más se desarrollan los mismos y, consecuentemente más logros obtienes y más impacto produces en las vidas de otros. De alguna manera el uso continuado de aquello que el Señor te ha confiado genera en ti una capacidad para crear nuevas oportunidades y detectar la ya existentes. Es como la musculatura, su uso continuado lo desarrolla más y más. Pero lo contrario también es cierto, cuanto menos se usa un determinado músculo más se va atrofiando y perdiendo su elasticidad y capacidad de trabajo. Aquel que no usa los dones y talentos otorgados por el Señor verá que cada vez tiene menos capacidad y cada vez detecta y aprovecha menos las muchas oportunidades que Dios le da. Su impacto en la vida de otros es nulo y su crecimiento espiritual cero. 

Son dos espirales contrapuestas, una es la espiral del crecimiento, la madurez y el impacto constante y creciente. La otra, la de estancamiento personal, en el seguimiento de Jesús y en el impacto en un mundo roto. La brecha entre ambas no para de crecer con el paso del tiempo.

¿Cuál de las dos espirales describe mejor tu vida?





Jesús afirma en esta parábola que aquel que tiene todavía recibirá más; contrariamente, el que tiene poco, hasta ese poco le será quitado. Es una frase paradójica, como tantas otras que encontramos en la Biblia en general y las enseñanzas del Maestro en particular. La paradoja es un hecho o dicho que parece contrario a la lógica. Jesús enseña que hay más felicidad en dar que en recibir, que para vivir hay que morir, que el mayor es el menor y así una tras otra. Las paradojas de Jesús desafían la lógica, la forma de pensar y los valores de la sociedad en la que nos ha tocado vivir y, precisamente por eso, a sus seguidores nos coloca en una disyuntiva, seguir la lógica del Reino de Dios o, por el contrario, la de nuestro mundo. El Espíritu nos invita a seguir al Maestro, la razón, con demasiada frecuencia, nos indica que no parece tener mucho sentido. 

En el Reino cuanta más fidelidad muestras más capacidad recibes de parte del Señor, más bendecido es tu servicio y más oportunidades nuevas se generan para ser bendecido y bendecir a otros. Cuanto más usas tus dones y talentos más se desarrollan los mismos y, consecuentemente más logros obtienes y más impacto produces en las vidas de otros. De alguna manera el uso continuado de aquello que el Señor te ha confiado genera en ti una capacidad para crear nuevas oportunidades y detectar la ya existentes. Es como la musculatura, su uso continuado lo desarrolla más y más. Pero lo contrario también es cierto, cuanto menos se usa un determinado músculo más se va atrofiando y perdiendo su elasticidad y capacidad de trabajo. Aquel que no usa los dones y talentos otorgados por el Señor verá que cada vez tiene menos capacidad y cada vez detecta y aprovecha menos las muchas oportunidades que Dios le da. Su impacto en la vida de otros es nulo y su crecimiento espiritual cero. 

Son dos espirales contrapuestas, una es la espiral del crecimiento, la madurez y el impacto constante y creciente. La otra, la de estancamiento personal, en el seguimiento de Jesús y en el impacto en un mundo roto. La brecha entre ambas no para de crecer con el paso del tiempo.

¿Cuál de las dos espirales describe mejor tu vida?





Jesús afirma en esta parábola que aquel que tiene todavía recibirá más; contrariamente, el que tiene poco, hasta ese poco le será quitado. Es una frase paradójica, como tantas otras que encontramos en la Biblia en general y las enseñanzas del Maestro en particular. La paradoja es un hecho o dicho que parece contrario a la lógica. Jesús enseña que hay más felicidad en dar que en recibir, que para vivir hay que morir, que el mayor es el menor y así una tras otra. Las paradojas de Jesús desafían la lógica, la forma de pensar y los valores de la sociedad en la que nos ha tocado vivir y, precisamente por eso, a sus seguidores nos coloca en una disyuntiva, seguir la lógica del Reino de Dios o, por el contrario, la de nuestro mundo. El Espíritu nos invita a seguir al Maestro, la razón, con demasiada frecuencia, nos indica que no parece tener mucho sentido. 

En el Reino cuanta más fidelidad muestras más capacidad recibes de parte del Señor, más bendecido es tu servicio y más oportunidades nuevas se generan para ser bendecido y bendecir a otros. Cuanto más usas tus dones y talentos más se desarrollan los mismos y, consecuentemente más logros obtienes y más impacto produces en las vidas de otros. De alguna manera el uso continuado de aquello que el Señor te ha confiado genera en ti una capacidad para crear nuevas oportunidades y detectar la ya existentes. Es como la musculatura, su uso continuado lo desarrolla más y más. Pero lo contrario también es cierto, cuanto menos se usa un determinado músculo más se va atrofiando y perdiendo su elasticidad y capacidad de trabajo. Aquel que no usa los dones y talentos otorgados por el Señor verá que cada vez tiene menos capacidad y cada vez detecta y aprovecha menos las muchas oportunidades que Dios le da. Su impacto en la vida de otros es nulo y su crecimiento espiritual cero. 

Son dos espirales contrapuestas, una es la espiral del crecimiento, la madurez y el impacto constante y creciente. La otra, la de estancamiento personal, en el seguimiento de Jesús y en el impacto en un mundo roto. La brecha entre ambas no para de crecer con el paso del tiempo.

¿Cuál de las dos espirales describe mejor tu vida?