...ha creado en su propia persona, con los dos pueblos una nueva humanidad, estableciendo la paz. (Efesios 2:14-16)


El dibujo, no exento de comicidad, representa una forma de entender la teología y la función de la iglesia. El mundo va hacia el caos, la muerte y la destrucción. Desde esa perspectiva escatológica la iglesia es como la versión neotestamentaria del arca del famoso patriarca Noé. Su tarea es salvar de esa destrucción que se acerca a la mayor cantidad posible de personas ¿Cómo? subiéndolas a bordo. No vale la pena preocuparse por nada más, ni el hambre en el mundo, ni la corrupción política, ni la explotación económica, ni el derecho a la vida, ni la muerte digna, ni los refugiados, ni los políticos locos con botones nucleares, ni la degradación del medio ambiente ni nimiedades por el estilo. ¿A quién le puede preocupar la violencia doméstica cuando el mundo va hacia el abismo?

No creo ni estoy de acuerdo con dicha manera de entender la tarea de Cristo y la de la iglesia, su continuadora por mandato. Jesús no es Noe ni la iglesia es su arca. Jesús, como afirma una y otra vez la Escritura vino para hacer posible aquello que el pecado hizo totalmente inviable, una nueva humanidad y un nuevo universo, el Reino de Dios. Jesús, el nuevo Adán, el primero y prototipo de una nueva humanidad, el hombre nuevo que vino para que los designios primitivos del Señor, que fueron abortados por el pecado pudieran llevarse a cabo. 

A Jesús, y consecuentemente a la iglesia, todo lo humano le concierne, le preocupa y le duele. ¿Y a ti?



...ha creado en su propia persona, con los dos pueblos una nueva humanidad, estableciendo la paz. (Efesios 2:14-16)


El dibujo, no exento de comicidad, representa una forma de entender la teología y la función de la iglesia. El mundo va hacia el caos, la muerte y la destrucción. Desde esa perspectiva escatológica la iglesia es como la versión neotestamentaria del arca del famoso patriarca Noé. Su tarea es salvar de esa destrucción que se acerca a la mayor cantidad posible de personas ¿Cómo? subiéndolas a bordo. No vale la pena preocuparse por nada más, ni el hambre en el mundo, ni la corrupción política, ni la explotación económica, ni el derecho a la vida, ni la muerte digna, ni los refugiados, ni los políticos locos con botones nucleares, ni la degradación del medio ambiente ni nimiedades por el estilo. ¿A quién le puede preocupar la violencia doméstica cuando el mundo va hacia el abismo?

No creo ni estoy de acuerdo con dicha manera de entender la tarea de Cristo y la de la iglesia, su continuadora por mandato. Jesús no es Noe ni la iglesia es su arca. Jesús, como afirma una y otra vez la Escritura vino para hacer posible aquello que el pecado hizo totalmente inviable, una nueva humanidad y un nuevo universo, el Reino de Dios. Jesús, el nuevo Adán, el primero y prototipo de una nueva humanidad, el hombre nuevo que vino para que los designios primitivos del Señor, que fueron abortados por el pecado pudieran llevarse a cabo. 

A Jesús, y consecuentemente a la iglesia, todo lo humano le concierne, le preocupa y le duele. ¿Y a ti?



...ha creado en su propia persona, con los dos pueblos una nueva humanidad, estableciendo la paz. (Efesios 2:14-16)


El dibujo, no exento de comicidad, representa una forma de entender la teología y la función de la iglesia. El mundo va hacia el caos, la muerte y la destrucción. Desde esa perspectiva escatológica la iglesia es como la versión neotestamentaria del arca del famoso patriarca Noé. Su tarea es salvar de esa destrucción que se acerca a la mayor cantidad posible de personas ¿Cómo? subiéndolas a bordo. No vale la pena preocuparse por nada más, ni el hambre en el mundo, ni la corrupción política, ni la explotación económica, ni el derecho a la vida, ni la muerte digna, ni los refugiados, ni los políticos locos con botones nucleares, ni la degradación del medio ambiente ni nimiedades por el estilo. ¿A quién le puede preocupar la violencia doméstica cuando el mundo va hacia el abismo?

No creo ni estoy de acuerdo con dicha manera de entender la tarea de Cristo y la de la iglesia, su continuadora por mandato. Jesús no es Noe ni la iglesia es su arca. Jesús, como afirma una y otra vez la Escritura vino para hacer posible aquello que el pecado hizo totalmente inviable, una nueva humanidad y un nuevo universo, el Reino de Dios. Jesús, el nuevo Adán, el primero y prototipo de una nueva humanidad, el hombre nuevo que vino para que los designios primitivos del Señor, que fueron abortados por el pecado pudieran llevarse a cabo. 

A Jesús, y consecuentemente a la iglesia, todo lo humano le concierne, le preocupa y le duele. ¿Y a ti?