Porque he sido yo quien ha elegido a ese hombre como instrumento para que anuncie mi nombre a todas las naciones, a sus gobernantes y al pueblo de Israel. (Hechos 9:15)


El encuentro de Jesús con Saulo tuvo tintes realmente dramáticos; por eso ha quedado en el acerbo popular la expresión: "camino de Damasco" para expresar los cambios que son drásticos y radicales en la vida de una persona. Este encuentro significó para Saulo un antes y un después en su existencia.  Dos cosas lo ponen de manifiesto, su cambio de nombre y su misión, ésta última aparece reflejada en el pasaje del libro de Hechos. De perseguidor de la iglesia a vocero del Reino de Dios entre los no judíos, las personas de cultura greco-romana en todo el imperio.

Tal vez nuestra conversión no tuvo los tintes espectaculares que tuvo la del apóstol, sin embargo, si tiene algo en común con ella, a saber, la misma nos ha dado una misión que llevar a cabo: ser agentes de restauración y reconciliación en y para un mundo roto. Creo que podemos afirmar que no existe conversión que no vaya seguida de una misión. Quien ignora, ha perdido o nunca ha identificado su misión está viviendo de manera sesgada y restringida su conversión.


¿Cómo estás viviendo tu misión?


Porque he sido yo quien ha elegido a ese hombre como instrumento para que anuncie mi nombre a todas las naciones, a sus gobernantes y al pueblo de Israel. (Hechos 9:15)


El encuentro de Jesús con Saulo tuvo tintes realmente dramáticos; por eso ha quedado en el acerbo popular la expresión: "camino de Damasco" para expresar los cambios que son drásticos y radicales en la vida de una persona. Este encuentro significó para Saulo un antes y un después en su existencia.  Dos cosas lo ponen de manifiesto, su cambio de nombre y su misión, ésta última aparece reflejada en el pasaje del libro de Hechos. De perseguidor de la iglesia a vocero del Reino de Dios entre los no judíos, las personas de cultura greco-romana en todo el imperio.

Tal vez nuestra conversión no tuvo los tintes espectaculares que tuvo la del apóstol, sin embargo, si tiene algo en común con ella, a saber, la misma nos ha dado una misión que llevar a cabo: ser agentes de restauración y reconciliación en y para un mundo roto. Creo que podemos afirmar que no existe conversión que no vaya seguida de una misión. Quien ignora, ha perdido o nunca ha identificado su misión está viviendo de manera sesgada y restringida su conversión.


¿Cómo estás viviendo tu misión?


Porque he sido yo quien ha elegido a ese hombre como instrumento para que anuncie mi nombre a todas las naciones, a sus gobernantes y al pueblo de Israel. (Hechos 9:15)


El encuentro de Jesús con Saulo tuvo tintes realmente dramáticos; por eso ha quedado en el acerbo popular la expresión: "camino de Damasco" para expresar los cambios que son drásticos y radicales en la vida de una persona. Este encuentro significó para Saulo un antes y un después en su existencia.  Dos cosas lo ponen de manifiesto, su cambio de nombre y su misión, ésta última aparece reflejada en el pasaje del libro de Hechos. De perseguidor de la iglesia a vocero del Reino de Dios entre los no judíos, las personas de cultura greco-romana en todo el imperio.

Tal vez nuestra conversión no tuvo los tintes espectaculares que tuvo la del apóstol, sin embargo, si tiene algo en común con ella, a saber, la misma nos ha dado una misión que llevar a cabo: ser agentes de restauración y reconciliación en y para un mundo roto. Creo que podemos afirmar que no existe conversión que no vaya seguida de una misión. Quien ignora, ha perdido o nunca ha identificado su misión está viviendo de manera sesgada y restringida su conversión.


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