En resumen, si el delito de uno acarreó a todos la condena, así también la fidelidad de uno es para todos fuente de salvación y de vida. Y si la desobediencia de uno solo hizo a todos pecadores, también la obediencia de uno solo ha recuperado para todos la amistad de Dios. (Romanos 5:18-19)


Pablo sigue hablando de los resultados de ser declarados justos y dedica la última parte del capítulo 5 para llevar a cabo una comparación entre Adán y Cristo. De hecho, el apóstol nos dice que Jesús es, precisamente, el segundo Adán. En mi opinión este es un concepto muy importante.

Adán representa una humanidad que no pudo ser, un proyecto fracasado, un ser humano que no es el que el Señor tenía en mente cuando llevó a cabo el proceso creativo. Adán es el resultado del pecado, de la desobediencia, de la rebelión contra Dios y su soberanía. Jesús representa todo lo contrario. Cuando miramos al Maestro vemos al verdadero ser humano. Podemos ver el tipo de persona que nosotros estábamos destinados a ser y que el pecado, nuestra desobediencia, hizo inviable. En este sentido Jesús, con su obediencia, ha llegado a ser un segundo Adán que no falló (en la desobediencia) donde el primero, lamentablemente, lo hizo. Las consecuencias de la desobediencia del primer Adán se extienden hasta cada uno de nosotros. Las consecuencias de la obediencia del segundo Adán se extienden, del mismo modo, hasta cada uno de nosotros.


Jesús, en tanto que ser humano, es un espejo en el que podemos mirarnos y ver el tipo de persona que Dios quiere que seamos. Al mirarte en Él ¿Qué cualidad del Maestro es más importante que comiences a desarrollar? ¿Qué harás de forma práctica al respecto?



En resumen, si el delito de uno acarreó a todos la condena, así también la fidelidad de uno es para todos fuente de salvación y de vida. Y si la desobediencia de uno solo hizo a todos pecadores, también la obediencia de uno solo ha recuperado para todos la amistad de Dios. (Romanos 5:18-19)


Pablo sigue hablando de los resultados de ser declarados justos y dedica la última parte del capítulo 5 para llevar a cabo una comparación entre Adán y Cristo. De hecho, el apóstol nos dice que Jesús es, precisamente, el segundo Adán. En mi opinión este es un concepto muy importante.

Adán representa una humanidad que no pudo ser, un proyecto fracasado, un ser humano que no es el que el Señor tenía en mente cuando llevó a cabo el proceso creativo. Adán es el resultado del pecado, de la desobediencia, de la rebelión contra Dios y su soberanía. Jesús representa todo lo contrario. Cuando miramos al Maestro vemos al verdadero ser humano. Podemos ver el tipo de persona que nosotros estábamos destinados a ser y que el pecado, nuestra desobediencia, hizo inviable. En este sentido Jesús, con su obediencia, ha llegado a ser un segundo Adán que no falló (en la desobediencia) donde el primero, lamentablemente, lo hizo. Las consecuencias de la desobediencia del primer Adán se extienden hasta cada uno de nosotros. Las consecuencias de la obediencia del segundo Adán se extienden, del mismo modo, hasta cada uno de nosotros.


Jesús, en tanto que ser humano, es un espejo en el que podemos mirarnos y ver el tipo de persona que Dios quiere que seamos. Al mirarte en Él ¿Qué cualidad del Maestro es más importante que comiences a desarrollar? ¿Qué harás de forma práctica al respecto?



En resumen, si el delito de uno acarreó a todos la condena, así también la fidelidad de uno es para todos fuente de salvación y de vida. Y si la desobediencia de uno solo hizo a todos pecadores, también la obediencia de uno solo ha recuperado para todos la amistad de Dios. (Romanos 5:18-19)


Pablo sigue hablando de los resultados de ser declarados justos y dedica la última parte del capítulo 5 para llevar a cabo una comparación entre Adán y Cristo. De hecho, el apóstol nos dice que Jesús es, precisamente, el segundo Adán. En mi opinión este es un concepto muy importante.

Adán representa una humanidad que no pudo ser, un proyecto fracasado, un ser humano que no es el que el Señor tenía en mente cuando llevó a cabo el proceso creativo. Adán es el resultado del pecado, de la desobediencia, de la rebelión contra Dios y su soberanía. Jesús representa todo lo contrario. Cuando miramos al Maestro vemos al verdadero ser humano. Podemos ver el tipo de persona que nosotros estábamos destinados a ser y que el pecado, nuestra desobediencia, hizo inviable. En este sentido Jesús, con su obediencia, ha llegado a ser un segundo Adán que no falló (en la desobediencia) donde el primero, lamentablemente, lo hizo. Las consecuencias de la desobediencia del primer Adán se extienden hasta cada uno de nosotros. Las consecuencias de la obediencia del segundo Adán se extienden, del mismo modo, hasta cada uno de nosotros.


Jesús, en tanto que ser humano, es un espejo en el que podemos mirarnos y ver el tipo de persona que Dios quiere que seamos. Al mirarte en Él ¿Qué cualidad del Maestro es más importante que comiences a desarrollar? ¿Qué harás de forma práctica al respecto?