No hagáis caso a Ezequías, puesto esto dice el rey de Asiria: "Haced la paz conmigo y rendíos a mí; de esta manera cada cual podrá seguir comiendo los frutos de parra y de su higuera; y podrá seguir bebiendo agua de su pozo. (Isaías 36:16)


He puesto por título a esta entrada "lentejas" porque no he podido evitar el asociar el pasaje bíblico reproducido más arriba con la historia de Esaú y Jacob, donde el primero vendió e hipotecó su futuro por la gratificación inmediata de una necesidad física. Esta misma fue la disyuntiva ante la que se encontró el pueblo de Judá; vender la fidelidad al Señor a cambio de poder seguir manteniendo su estilo de vida pequeñoburgués. Integridad a cambio de bienestar; renunciar a las convicciones propias a cambio de seguir teniendo acceso a una forma de vivir carente de compromisos y riesgos. 

Desde entonces, tengo la impresión que los seguidores de Jesús nos vemos en muchas ocasiones en situaciones similares; una sociedad que nos promete todo tipo de bienestar y de satisfacer nuestras necesidades físicas, emocionales e intelectuales si tan sólo renunciamos a nuestra fidelidad a Dios y se la otorgamos al actual sistema social con sus valores, prioridades y paradigmas de vida. Esto último sería lo que la Biblia define como amar al mundo. Mundo -salvo que el contexto indique lo contrario- es el sistema social y cultural imperante. 

Piénsalo bien es posible que en el pasado hayas estado sometido a esa presión, el intercambio de gratificación por integridad ¿Cómo se resolvió? Es posible que lo estés experimentando ahora ¿Cómo lo estas resolviendo? Te profetizo que lo experimentarás en el futuro ¿Cómo lo resolverás?



No hagáis caso a Ezequías, puesto esto dice el rey de Asiria: "Haced la paz conmigo y rendíos a mí; de esta manera cada cual podrá seguir comiendo los frutos de parra y de su higuera; y podrá seguir bebiendo agua de su pozo. (Isaías 36:16)


He puesto por título a esta entrada "lentejas" porque no he podido evitar el asociar el pasaje bíblico reproducido más arriba con la historia de Esaú y Jacob, donde el primero vendió e hipotecó su futuro por la gratificación inmediata de una necesidad física. Esta misma fue la disyuntiva ante la que se encontró el pueblo de Judá; vender la fidelidad al Señor a cambio de poder seguir manteniendo su estilo de vida pequeñoburgués. Integridad a cambio de bienestar; renunciar a las convicciones propias a cambio de seguir teniendo acceso a una forma de vivir carente de compromisos y riesgos. 

Desde entonces, tengo la impresión que los seguidores de Jesús nos vemos en muchas ocasiones en situaciones similares; una sociedad que nos promete todo tipo de bienestar y de satisfacer nuestras necesidades físicas, emocionales e intelectuales si tan sólo renunciamos a nuestra fidelidad a Dios y se la otorgamos al actual sistema social con sus valores, prioridades y paradigmas de vida. Esto último sería lo que la Biblia define como amar al mundo. Mundo -salvo que el contexto indique lo contrario- es el sistema social y cultural imperante. 

Piénsalo bien es posible que en el pasado hayas estado sometido a esa presión, el intercambio de gratificación por integridad ¿Cómo se resolvió? Es posible que lo estés experimentando ahora ¿Cómo lo estas resolviendo? Te profetizo que lo experimentarás en el futuro ¿Cómo lo resolverás?



No hagáis caso a Ezequías, puesto esto dice el rey de Asiria: "Haced la paz conmigo y rendíos a mí; de esta manera cada cual podrá seguir comiendo los frutos de parra y de su higuera; y podrá seguir bebiendo agua de su pozo. (Isaías 36:16)


He puesto por título a esta entrada "lentejas" porque no he podido evitar el asociar el pasaje bíblico reproducido más arriba con la historia de Esaú y Jacob, donde el primero vendió e hipotecó su futuro por la gratificación inmediata de una necesidad física. Esta misma fue la disyuntiva ante la que se encontró el pueblo de Judá; vender la fidelidad al Señor a cambio de poder seguir manteniendo su estilo de vida pequeñoburgués. Integridad a cambio de bienestar; renunciar a las convicciones propias a cambio de seguir teniendo acceso a una forma de vivir carente de compromisos y riesgos. 

Desde entonces, tengo la impresión que los seguidores de Jesús nos vemos en muchas ocasiones en situaciones similares; una sociedad que nos promete todo tipo de bienestar y de satisfacer nuestras necesidades físicas, emocionales e intelectuales si tan sólo renunciamos a nuestra fidelidad a Dios y se la otorgamos al actual sistema social con sus valores, prioridades y paradigmas de vida. Esto último sería lo que la Biblia define como amar al mundo. Mundo -salvo que el contexto indique lo contrario- es el sistema social y cultural imperante. 

Piénsalo bien es posible que en el pasado hayas estado sometido a esa presión, el intercambio de gratificación por integridad ¿Cómo se resolvió? Es posible que lo estés experimentando ahora ¿Cómo lo estas resolviendo? Te profetizo que lo experimentarás en el futuro ¿Cómo lo resolverás?