Mirad, yo coloco en Sión una piedra contra la que podéis tropezar, y una roca que os puede hacer caer. Pero quien ponga su confianza en ella no quedará defraudado. (Romanos 9:33)


Jesús se convirtió en piedra de tropiezo para Israel que desechó la fe y prefirió apoyarse en su propia capacidad para cumplir la ley; de modo que se quedaron sin una cosa ni la otra. Jesús, como bien dice el apóstol Pablo puede ser para cualquier persona una piedra de tropiezo o de apoyo, todo depende de nuestra actitud hacia Él. 

Jesús sale al camino de mi vida y me confronta. Mi egoísmo puede hacer que lo vea como una piedra de tropiezo o, por el contrario, puedo reconocer mi realidad y necesidad y confiar en Él con la seguridad de no ser defraudado. Constantemente el Maestro se convierte en una cosa u otra, tropiezo o apoyo, todo depende de cómo maneje mi vida en relación a Él.

¿Es Jesús para ti tropiezo o apoyo?


Mirad, yo coloco en Sión una piedra contra la que podéis tropezar, y una roca que os puede hacer caer. Pero quien ponga su confianza en ella no quedará defraudado. (Romanos 9:33)


Jesús se convirtió en piedra de tropiezo para Israel que desechó la fe y prefirió apoyarse en su propia capacidad para cumplir la ley; de modo que se quedaron sin una cosa ni la otra. Jesús, como bien dice el apóstol Pablo puede ser para cualquier persona una piedra de tropiezo o de apoyo, todo depende de nuestra actitud hacia Él. 

Jesús sale al camino de mi vida y me confronta. Mi egoísmo puede hacer que lo vea como una piedra de tropiezo o, por el contrario, puedo reconocer mi realidad y necesidad y confiar en Él con la seguridad de no ser defraudado. Constantemente el Maestro se convierte en una cosa u otra, tropiezo o apoyo, todo depende de cómo maneje mi vida en relación a Él.

¿Es Jesús para ti tropiezo o apoyo?


Mirad, yo coloco en Sión una piedra contra la que podéis tropezar, y una roca que os puede hacer caer. Pero quien ponga su confianza en ella no quedará defraudado. (Romanos 9:33)


Jesús se convirtió en piedra de tropiezo para Israel que desechó la fe y prefirió apoyarse en su propia capacidad para cumplir la ley; de modo que se quedaron sin una cosa ni la otra. Jesús, como bien dice el apóstol Pablo puede ser para cualquier persona una piedra de tropiezo o de apoyo, todo depende de nuestra actitud hacia Él. 

Jesús sale al camino de mi vida y me confronta. Mi egoísmo puede hacer que lo vea como una piedra de tropiezo o, por el contrario, puedo reconocer mi realidad y necesidad y confiar en Él con la seguridad de no ser defraudado. Constantemente el Maestro se convierte en una cosa u otra, tropiezo o apoyo, todo depende de cómo maneje mi vida en relación a Él.

¿Es Jesús para ti tropiezo o apoyo?