Pero Jesús los reunió y les dijo: — Como muy bien sabéis, los que gobiernan las naciones las someten a su dominio, y los poderosos las rigen despóticamente.  Pero entre vosotros no debe ser así. Antes bien, si alguno quiere ser grande, que se ponga al servicio de los demás; y si alguno quiere ser principal, que se haga servidor de todos. (Mateo 20:25-27)

Jesús utilizó esta afirmación para señalar el contraste entre la forma de liderar imperante en el mundo y la que debía de caracterizar el Reino de Dios. Entre nosotros no debe ser así, no puede ser así, no ha de ser así. Me sorprende al ver el liderazgo que ejercen algunos dirigentes cristianos porque responde mucho más a los patrones de este mundo que no a los que Jesús vino a instaurar por medio de su Reino. Pablo escribió refiriéndose a los cristianos que entre ellos se daban conductas que ni siquiera se daban entre las personas que no eran seguidoras de Jesús; algo similar sucede con esos líderes. Esta es, por tanto, una buena pregunta que todo líder cristiano debería hacerse a sí mismo, según el mundo o según Jesús.
Pero esto podemos hacerlo extensivo a muchas otras dimensiones de la vida, la sexualidad, las prioridades, las relaciones interpersonales, la gestión del dinero y de la economía, las relaciones de género, los valores, y una lista tan larga como deseemos hacerla. Una lista en la que de forma intencional deberíamos de valorar si estamos haciéndolo y viviendo según el modelo del mundo o, por el contrario, según el modelo del Reino. Con mucha frecuencia puede darse el caso que estemos viviendo y siguiendo modelos que entre nosotros no deberían ser así pero, tristemente, lo son.

¿En qué dimensiones estás viviendo según el mundo y no según Dios?



Pero Jesús los reunió y les dijo: — Como muy bien sabéis, los que gobiernan las naciones las someten a su dominio, y los poderosos las rigen despóticamente.  Pero entre vosotros no debe ser así. Antes bien, si alguno quiere ser grande, que se ponga al servicio de los demás; y si alguno quiere ser principal, que se haga servidor de todos. (Mateo 20:25-27)

Jesús utilizó esta afirmación para señalar el contraste entre la forma de liderar imperante en el mundo y la que debía de caracterizar el Reino de Dios. Entre nosotros no debe ser así, no puede ser así, no ha de ser así. Me sorprende al ver el liderazgo que ejercen algunos dirigentes cristianos porque responde mucho más a los patrones de este mundo que no a los que Jesús vino a instaurar por medio de su Reino. Pablo escribió refiriéndose a los cristianos que entre ellos se daban conductas que ni siquiera se daban entre las personas que no eran seguidoras de Jesús; algo similar sucede con esos líderes. Esta es, por tanto, una buena pregunta que todo líder cristiano debería hacerse a sí mismo, según el mundo o según Jesús.
Pero esto podemos hacerlo extensivo a muchas otras dimensiones de la vida, la sexualidad, las prioridades, las relaciones interpersonales, la gestión del dinero y de la economía, las relaciones de género, los valores, y una lista tan larga como deseemos hacerla. Una lista en la que de forma intencional deberíamos de valorar si estamos haciéndolo y viviendo según el modelo del mundo o, por el contrario, según el modelo del Reino. Con mucha frecuencia puede darse el caso que estemos viviendo y siguiendo modelos que entre nosotros no deberían ser así pero, tristemente, lo son.

¿En qué dimensiones estás viviendo según el mundo y no según Dios?



Pero Jesús los reunió y les dijo: — Como muy bien sabéis, los que gobiernan las naciones las someten a su dominio, y los poderosos las rigen despóticamente.  Pero entre vosotros no debe ser así. Antes bien, si alguno quiere ser grande, que se ponga al servicio de los demás; y si alguno quiere ser principal, que se haga servidor de todos. (Mateo 20:25-27)

Jesús utilizó esta afirmación para señalar el contraste entre la forma de liderar imperante en el mundo y la que debía de caracterizar el Reino de Dios. Entre nosotros no debe ser así, no puede ser así, no ha de ser así. Me sorprende al ver el liderazgo que ejercen algunos dirigentes cristianos porque responde mucho más a los patrones de este mundo que no a los que Jesús vino a instaurar por medio de su Reino. Pablo escribió refiriéndose a los cristianos que entre ellos se daban conductas que ni siquiera se daban entre las personas que no eran seguidoras de Jesús; algo similar sucede con esos líderes. Esta es, por tanto, una buena pregunta que todo líder cristiano debería hacerse a sí mismo, según el mundo o según Jesús.
Pero esto podemos hacerlo extensivo a muchas otras dimensiones de la vida, la sexualidad, las prioridades, las relaciones interpersonales, la gestión del dinero y de la economía, las relaciones de género, los valores, y una lista tan larga como deseemos hacerla. Una lista en la que de forma intencional deberíamos de valorar si estamos haciéndolo y viviendo según el modelo del mundo o, por el contrario, según el modelo del Reino. Con mucha frecuencia puede darse el caso que estemos viviendo y siguiendo modelos que entre nosotros no deberían ser así pero, tristemente, lo son.

¿En qué dimensiones estás viviendo según el mundo y no según Dios?