No maltrates al inmigrante ni abuses de él, porque también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto. No hagas daño al huérfano ni a la viuda porque, si se lo haces, ellos clamarán a mí y yo los atenderé. Mi ira se encenderá contra vosotros y haré que muráis a espada. Entonces serán vuestras mujeres y vuestros hijos quienes se quedarán viudas y huérfanos. (Éxodo 22:20-23)

En el Antiguo Testamento este tipo de personas, de seres humanos, representan a los vulnerables de la sociedad, aquellos que, por la carencia de leyes o una estructura social de apoyo podían ser dañados y abusados física o emocionalmente. Esta expresión, el huérfano, la viuda, el pobre y el emigrante, ha venido a englobar a todos aquellos que están en los márgenes del sistema y que, por tanto, son o pueden ser fácilmente abusados o la sociedad puede desentenderse de ellos. Sin embargo, no deja de ser significativo que Dios se declara en las Escrituras el defensor de todas estas personas. Aquellos que pueden ser deshechos para la sociedad no lo son para Dios, antes al contrario, como podemos ver en este pasaje, tomará muy en cuenta la forma en que nosotros reaccionemos, como individuos y como comunidad ante ellos. No es muy difícil encontrar aquí ecos de Mateo 25 y las palabras acerca de que todo lo que hagamos o dejemos de hacer a uno de estos pequeños, directamente si lo hacemos a Jesús.


¿Qué cosas prácticas puedes hacer para crecer en tu sensibilidad hacia el vulnerable?


No maltrates al inmigrante ni abuses de él, porque también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto. No hagas daño al huérfano ni a la viuda porque, si se lo haces, ellos clamarán a mí y yo los atenderé. Mi ira se encenderá contra vosotros y haré que muráis a espada. Entonces serán vuestras mujeres y vuestros hijos quienes se quedarán viudas y huérfanos. (Éxodo 22:20-23)

En el Antiguo Testamento este tipo de personas, de seres humanos, representan a los vulnerables de la sociedad, aquellos que, por la carencia de leyes o una estructura social de apoyo podían ser dañados y abusados física o emocionalmente. Esta expresión, el huérfano, la viuda, el pobre y el emigrante, ha venido a englobar a todos aquellos que están en los márgenes del sistema y que, por tanto, son o pueden ser fácilmente abusados o la sociedad puede desentenderse de ellos. Sin embargo, no deja de ser significativo que Dios se declara en las Escrituras el defensor de todas estas personas. Aquellos que pueden ser deshechos para la sociedad no lo son para Dios, antes al contrario, como podemos ver en este pasaje, tomará muy en cuenta la forma en que nosotros reaccionemos, como individuos y como comunidad ante ellos. No es muy difícil encontrar aquí ecos de Mateo 25 y las palabras acerca de que todo lo que hagamos o dejemos de hacer a uno de estos pequeños, directamente si lo hacemos a Jesús.


¿Qué cosas prácticas puedes hacer para crecer en tu sensibilidad hacia el vulnerable?


No maltrates al inmigrante ni abuses de él, porque también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto. No hagas daño al huérfano ni a la viuda porque, si se lo haces, ellos clamarán a mí y yo los atenderé. Mi ira se encenderá contra vosotros y haré que muráis a espada. Entonces serán vuestras mujeres y vuestros hijos quienes se quedarán viudas y huérfanos. (Éxodo 22:20-23)

En el Antiguo Testamento este tipo de personas, de seres humanos, representan a los vulnerables de la sociedad, aquellos que, por la carencia de leyes o una estructura social de apoyo podían ser dañados y abusados física o emocionalmente. Esta expresión, el huérfano, la viuda, el pobre y el emigrante, ha venido a englobar a todos aquellos que están en los márgenes del sistema y que, por tanto, son o pueden ser fácilmente abusados o la sociedad puede desentenderse de ellos. Sin embargo, no deja de ser significativo que Dios se declara en las Escrituras el defensor de todas estas personas. Aquellos que pueden ser deshechos para la sociedad no lo son para Dios, antes al contrario, como podemos ver en este pasaje, tomará muy en cuenta la forma en que nosotros reaccionemos, como individuos y como comunidad ante ellos. No es muy difícil encontrar aquí ecos de Mateo 25 y las palabras acerca de que todo lo que hagamos o dejemos de hacer a uno de estos pequeños, directamente si lo hacemos a Jesús.


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