Os he dado ejemplo para que os portéis como yo me he portado con vosotros. (Juan 13:15)


Estas palabras fueron dichas por Jesús en ocasión de haberles lavado los pies a sus discípulos. Un acto cargado de significado ya que ese era el trabajo reservado a un siervo y no al señor de la casa. Una acción con la que una vez más enfatizaba que el liderazgo cristiano es, ante todo y sobre todo, servicio, y que el mayor de todos debe ser el servidor de los demás. Sin embargo, creo que  las palabras de Jesús son descriptivas pero no exhaustivas. Me explicaré, no se trata única y exclusivamente de que le imitemos en el lavatorio de pies -aunque también deberíamos- sino en todas y cada una de aquellas cosas que realizó en su ministerio entre nosotros. Deberíamos pues imitar sus prioridades, valores, actitudes, motivaciones, acciones, omisiones, relaciones y un etcétera tan largo como deseemos.

Como muy bien afirma el Maestro tan solo un poco más adelante en este mismo pasaje; es la práctica de todas estas cosas la que nos hará felices, no su conocimiento. El conocimiento intelectual no da ni felicidad ni madurez ni crecimiento ¡Al menos en el Reino de Dios! la práctica si.


¿Hasta que punto es evidente en tu vida la imitación de Jesús?

Os he dado ejemplo para que os portéis como yo me he portado con vosotros. (Juan 13:15)


Estas palabras fueron dichas por Jesús en ocasión de haberles lavado los pies a sus discípulos. Un acto cargado de significado ya que ese era el trabajo reservado a un siervo y no al señor de la casa. Una acción con la que una vez más enfatizaba que el liderazgo cristiano es, ante todo y sobre todo, servicio, y que el mayor de todos debe ser el servidor de los demás. Sin embargo, creo que  las palabras de Jesús son descriptivas pero no exhaustivas. Me explicaré, no se trata única y exclusivamente de que le imitemos en el lavatorio de pies -aunque también deberíamos- sino en todas y cada una de aquellas cosas que realizó en su ministerio entre nosotros. Deberíamos pues imitar sus prioridades, valores, actitudes, motivaciones, acciones, omisiones, relaciones y un etcétera tan largo como deseemos.

Como muy bien afirma el Maestro tan solo un poco más adelante en este mismo pasaje; es la práctica de todas estas cosas la que nos hará felices, no su conocimiento. El conocimiento intelectual no da ni felicidad ni madurez ni crecimiento ¡Al menos en el Reino de Dios! la práctica si.


¿Hasta que punto es evidente en tu vida la imitación de Jesús?

Os he dado ejemplo para que os portéis como yo me he portado con vosotros. (Juan 13:15)


Estas palabras fueron dichas por Jesús en ocasión de haberles lavado los pies a sus discípulos. Un acto cargado de significado ya que ese era el trabajo reservado a un siervo y no al señor de la casa. Una acción con la que una vez más enfatizaba que el liderazgo cristiano es, ante todo y sobre todo, servicio, y que el mayor de todos debe ser el servidor de los demás. Sin embargo, creo que  las palabras de Jesús son descriptivas pero no exhaustivas. Me explicaré, no se trata única y exclusivamente de que le imitemos en el lavatorio de pies -aunque también deberíamos- sino en todas y cada una de aquellas cosas que realizó en su ministerio entre nosotros. Deberíamos pues imitar sus prioridades, valores, actitudes, motivaciones, acciones, omisiones, relaciones y un etcétera tan largo como deseemos.

Como muy bien afirma el Maestro tan solo un poco más adelante en este mismo pasaje; es la práctica de todas estas cosas la que nos hará felices, no su conocimiento. El conocimiento intelectual no da ni felicidad ni madurez ni crecimiento ¡Al menos en el Reino de Dios! la práctica si.


¿Hasta que punto es evidente en tu vida la imitación de Jesús?