Jesús, al verlo allí tendido y sabiendo que llevaba tanto tiempo, le preguntó: — ¿Quieres curarte? El enfermo le contestó: — Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque una vez que el agua ha sido agitada. Cuando llego, ya otro se me ha adelantado. Entonces Jesús le ordenó: — Levántate, recoge tu camilla y vete. (Juan 5:6-8)

¿Por qué aquel hombre fue escogido por Jesús para ser sanado? No era el único; tampoco podemos afirmar que fuera el que más tiempo llevaba. No pienso que fuera debido a sus méritos. De hecho, el pasaje, unos versículos más adelante nos dice que había una posible relación entre su enfermedad y el pecado. Fue única y exclusivamente por la pura gracia de Dios. No fue porque lo mereciera, fue a pesar de que no había ningún mérito en él.
Hay muchas personas -incluidas cristianas- que consideran que Dios está en deuda con ellas. De alguna manera han desarrollado el concepto de que tienen derechos adquiridos y, por tanto, el Señor está obligado a satisfacer sus expectativas, ilusiones, deseos, necesidades y un largo etcétera. Nada más lejos de la realidad. Hemos sido salvados por gracia y vivimos la vida cotidiana también por gracia. Todo lo que recibimos es debido a la gracia del Señor a pesar de nuestra total ausencia de méritos o derechos. Sería bueno que los seguidores de Jesús pudiéramos desarrollar dos actitudes muy importantes y saludables: la primera, vivir como el Maestro nos enseñó, orando para que su voluntad, no la nuestra, sea hecha en nuestras vidas. La segunda, vivir con una actitud de profundo agradecimiento por todo lo que recibimos ya que viene de la gracia de Dios. 

¿Cuál es el peligro de creer que Dios está en deuda contigo?


Jesús, al verlo allí tendido y sabiendo que llevaba tanto tiempo, le preguntó: — ¿Quieres curarte? El enfermo le contestó: — Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque una vez que el agua ha sido agitada. Cuando llego, ya otro se me ha adelantado. Entonces Jesús le ordenó: — Levántate, recoge tu camilla y vete. (Juan 5:6-8)

¿Por qué aquel hombre fue escogido por Jesús para ser sanado? No era el único; tampoco podemos afirmar que fuera el que más tiempo llevaba. No pienso que fuera debido a sus méritos. De hecho, el pasaje, unos versículos más adelante nos dice que había una posible relación entre su enfermedad y el pecado. Fue única y exclusivamente por la pura gracia de Dios. No fue porque lo mereciera, fue a pesar de que no había ningún mérito en él.
Hay muchas personas -incluidas cristianas- que consideran que Dios está en deuda con ellas. De alguna manera han desarrollado el concepto de que tienen derechos adquiridos y, por tanto, el Señor está obligado a satisfacer sus expectativas, ilusiones, deseos, necesidades y un largo etcétera. Nada más lejos de la realidad. Hemos sido salvados por gracia y vivimos la vida cotidiana también por gracia. Todo lo que recibimos es debido a la gracia del Señor a pesar de nuestra total ausencia de méritos o derechos. Sería bueno que los seguidores de Jesús pudiéramos desarrollar dos actitudes muy importantes y saludables: la primera, vivir como el Maestro nos enseñó, orando para que su voluntad, no la nuestra, sea hecha en nuestras vidas. La segunda, vivir con una actitud de profundo agradecimiento por todo lo que recibimos ya que viene de la gracia de Dios. 

¿Cuál es el peligro de creer que Dios está en deuda contigo?


Jesús, al verlo allí tendido y sabiendo que llevaba tanto tiempo, le preguntó: — ¿Quieres curarte? El enfermo le contestó: — Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque una vez que el agua ha sido agitada. Cuando llego, ya otro se me ha adelantado. Entonces Jesús le ordenó: — Levántate, recoge tu camilla y vete. (Juan 5:6-8)

¿Por qué aquel hombre fue escogido por Jesús para ser sanado? No era el único; tampoco podemos afirmar que fuera el que más tiempo llevaba. No pienso que fuera debido a sus méritos. De hecho, el pasaje, unos versículos más adelante nos dice que había una posible relación entre su enfermedad y el pecado. Fue única y exclusivamente por la pura gracia de Dios. No fue porque lo mereciera, fue a pesar de que no había ningún mérito en él.
Hay muchas personas -incluidas cristianas- que consideran que Dios está en deuda con ellas. De alguna manera han desarrollado el concepto de que tienen derechos adquiridos y, por tanto, el Señor está obligado a satisfacer sus expectativas, ilusiones, deseos, necesidades y un largo etcétera. Nada más lejos de la realidad. Hemos sido salvados por gracia y vivimos la vida cotidiana también por gracia. Todo lo que recibimos es debido a la gracia del Señor a pesar de nuestra total ausencia de méritos o derechos. Sería bueno que los seguidores de Jesús pudiéramos desarrollar dos actitudes muy importantes y saludables: la primera, vivir como el Maestro nos enseñó, orando para que su voluntad, no la nuestra, sea hecha en nuestras vidas. La segunda, vivir con una actitud de profundo agradecimiento por todo lo que recibimos ya que viene de la gracia de Dios. 

¿Cuál es el peligro de creer que Dios está en deuda contigo?