Por eso garantizó su promesa mediante el juramento. De estas dos cosas que no pueden cambiarse y en las que Dios no puede mentir, recibimos un fuerte consuelo los que hemos buscado la protección de Dios y hemos confiado en la esperanza que Él nos ha dado. Esta esperanza mantiene firme y segura nuestra alma, igual que el ancla mantiene firme el barco. (Hebreos 6:17-19)


El ancla es un símbolo de la esperanza y de este modo lo usa el desconocido autor de la carta a los Hebreos. Las anclas tienen la capacidad de mantener estables buques de gran calado y peso en medio de tempestades y corrientes. Proporcionan seguridad; de ahí deriva el término: "estar anclado", que sería un equivalente de estar firme y seguro. Las promesas del Señor están ancladas en su carácter, en el hecho de que Él no miente y no puede negarse a sí mismo, consecuentemente, nos proporcionan seguridad y esperanza. Nuestro Dios, a diferencia de las deidades clásicas, no es caprichoso y voluble. No es impredecible como lo son los dioses de la mayoría de las religiones que nunca puedes estar seguro cómo van a reaccionar. El Señor ha dado sus promesas y las respalda con su carácter y eso se convierte en una fuente de esperanza para cada seguidor de Jesús.


¿Tienes esperanza? si tu respuesta ha sido afirmativa ¿En qué está basada?



Por eso garantizó su promesa mediante el juramento. De estas dos cosas que no pueden cambiarse y en las que Dios no puede mentir, recibimos un fuerte consuelo los que hemos buscado la protección de Dios y hemos confiado en la esperanza que Él nos ha dado. Esta esperanza mantiene firme y segura nuestra alma, igual que el ancla mantiene firme el barco. (Hebreos 6:17-19)


El ancla es un símbolo de la esperanza y de este modo lo usa el desconocido autor de la carta a los Hebreos. Las anclas tienen la capacidad de mantener estables buques de gran calado y peso en medio de tempestades y corrientes. Proporcionan seguridad; de ahí deriva el término: "estar anclado", que sería un equivalente de estar firme y seguro. Las promesas del Señor están ancladas en su carácter, en el hecho de que Él no miente y no puede negarse a sí mismo, consecuentemente, nos proporcionan seguridad y esperanza. Nuestro Dios, a diferencia de las deidades clásicas, no es caprichoso y voluble. No es impredecible como lo son los dioses de la mayoría de las religiones que nunca puedes estar seguro cómo van a reaccionar. El Señor ha dado sus promesas y las respalda con su carácter y eso se convierte en una fuente de esperanza para cada seguidor de Jesús.


¿Tienes esperanza? si tu respuesta ha sido afirmativa ¿En qué está basada?



Por eso garantizó su promesa mediante el juramento. De estas dos cosas que no pueden cambiarse y en las que Dios no puede mentir, recibimos un fuerte consuelo los que hemos buscado la protección de Dios y hemos confiado en la esperanza que Él nos ha dado. Esta esperanza mantiene firme y segura nuestra alma, igual que el ancla mantiene firme el barco. (Hebreos 6:17-19)


El ancla es un símbolo de la esperanza y de este modo lo usa el desconocido autor de la carta a los Hebreos. Las anclas tienen la capacidad de mantener estables buques de gran calado y peso en medio de tempestades y corrientes. Proporcionan seguridad; de ahí deriva el término: "estar anclado", que sería un equivalente de estar firme y seguro. Las promesas del Señor están ancladas en su carácter, en el hecho de que Él no miente y no puede negarse a sí mismo, consecuentemente, nos proporcionan seguridad y esperanza. Nuestro Dios, a diferencia de las deidades clásicas, no es caprichoso y voluble. No es impredecible como lo son los dioses de la mayoría de las religiones que nunca puedes estar seguro cómo van a reaccionar. El Señor ha dado sus promesas y las respalda con su carácter y eso se convierte en una fuente de esperanza para cada seguidor de Jesús.


¿Tienes esperanza? si tu respuesta ha sido afirmativa ¿En qué está basada?



Por eso garantizó su promesa mediante el juramento. De estas dos cosas que no pueden cambiarse y en las que Dios no puede mentir, recibimos un fuerte consuelo los que hemos buscado la protección de Dios y hemos confiado en la esperanza que Él nos ha dado. Esta esperanza mantiene firme y segura nuestra alma, igual que el ancla mantiene firme el barco. (Hebreos 6:17-19)


El ancla es un símbolo de la esperanza y de este modo lo usa el desconocido autor de la carta a los Hebreos. Las anclas tienen la capacidad de mantener estables buques de gran calado y peso en medio de tempestades y corrientes. Proporcionan seguridad; de ahí deriva el término: "estar anclado", que sería un equivalente de estar firme y seguro. Las promesas del Señor están ancladas en su carácter, en el hecho de que Él no miente y no puede negarse a sí mismo, consecuentemente, nos proporcionan seguridad y esperanza. Nuestro Dios, a diferencia de las deidades clásicas, no es caprichoso y voluble. No es impredecible como lo son los dioses de la mayoría de las religiones que nunca puedes estar seguro cómo van a reaccionar. El Señor ha dado sus promesas y las respalda con su carácter y eso se convierte en una fuente de esperanza para cada seguidor de Jesús.


¿Tienes esperanza? si tu respuesta ha sido afirmativa ¿En qué está basada?