Nada hay más engañoso que el corazón;
no tiene remedio, ¿quién lo conoce?
10 
Yo, el Señor, examino el corazón,
sondeo el interior de las personas,
para pagar a cada cual su conducta,
conforme al fruto de sus acciones. (Jeremías 19:7-10)

La ciencia nos ha enseñado que, por así decirlo, tenemos "tres cerebros", entendiendo por ello tres partes de nuestro cuerpo que tienen la capacidad de procesar la información y enviarnos señales acerca de la misma. Un primer "cerebro" estaría ubicado en nuestras entrañas. Éstas procesan información de manera no racional y procesan, esencialmente, aquella que está relacionada con nuestra supervivencia. Todos hemos experimentado esa sensación física de angustia, ese nudo en el estómago cuando enfrentamos algo que nos sobrepasa o situaciones que nos generan miedo e inseguridad. Este "cerebro" nos pone alerta, nos hace sentir mal y/o inseguros con relación a decisiones que hemos tomado o debemos tomar; no sabríamos explicarlo muy bien, pero no sentimos paz acerca de ello. Dios lo ha diseñado de tal manera que nos avise cuando existe un peligro físico, emocional, intelectual o espiritual; algo que puede poner en riesgo nuestro proyecto vital. El lenguaje popular lo refleja con frases del tipo: "tener un nudo en el estómago", "mariposas en el estómago", "esa persona carece de entrañas" "es una persona entrañable" "revolverse las entrañas", etc. Este "cerebro" es tremendamente somático, se comunica con percepciones físicas, no entiende argumentos, razones o cualquier tipo de lógica. Se da cuenta que estamos en riesgo y nos avisa. Haríamos bien en prestar más atención a nuestro cuerpo, Dios lo ha diseñado de este modo.


¿Qué mensajes te está transmitiendo tu cuerpo? ¿Qué te quiere decir el Señor por medio de ellos?


Nada hay más engañoso que el corazón;
no tiene remedio, ¿quién lo conoce?
10 
Yo, el Señor, examino el corazón,
sondeo el interior de las personas,
para pagar a cada cual su conducta,
conforme al fruto de sus acciones. (Jeremías 19:7-10)

La ciencia nos ha enseñado que, por así decirlo, tenemos "tres cerebros", entendiendo por ello tres partes de nuestro cuerpo que tienen la capacidad de procesar la información y enviarnos señales acerca de la misma. Un primer "cerebro" estaría ubicado en nuestras entrañas. Éstas procesan información de manera no racional y procesan, esencialmente, aquella que está relacionada con nuestra supervivencia. Todos hemos experimentado esa sensación física de angustia, ese nudo en el estómago cuando enfrentamos algo que nos sobrepasa o situaciones que nos generan miedo e inseguridad. Este "cerebro" nos pone alerta, nos hace sentir mal y/o inseguros con relación a decisiones que hemos tomado o debemos tomar; no sabríamos explicarlo muy bien, pero no sentimos paz acerca de ello. Dios lo ha diseñado de tal manera que nos avise cuando existe un peligro físico, emocional, intelectual o espiritual; algo que puede poner en riesgo nuestro proyecto vital. El lenguaje popular lo refleja con frases del tipo: "tener un nudo en el estómago", "mariposas en el estómago", "esa persona carece de entrañas" "es una persona entrañable" "revolverse las entrañas", etc. Este "cerebro" es tremendamente somático, se comunica con percepciones físicas, no entiende argumentos, razones o cualquier tipo de lógica. Se da cuenta que estamos en riesgo y nos avisa. Haríamos bien en prestar más atención a nuestro cuerpo, Dios lo ha diseñado de este modo.


¿Qué mensajes te está transmitiendo tu cuerpo? ¿Qué te quiere decir el Señor por medio de ellos?


Nada hay más engañoso que el corazón;
no tiene remedio, ¿quién lo conoce?
10 
Yo, el Señor, examino el corazón,
sondeo el interior de las personas,
para pagar a cada cual su conducta,
conforme al fruto de sus acciones. (Jeremías 19:7-10)

La ciencia nos ha enseñado que, por así decirlo, tenemos "tres cerebros", entendiendo por ello tres partes de nuestro cuerpo que tienen la capacidad de procesar la información y enviarnos señales acerca de la misma. Un primer "cerebro" estaría ubicado en nuestras entrañas. Éstas procesan información de manera no racional y procesan, esencialmente, aquella que está relacionada con nuestra supervivencia. Todos hemos experimentado esa sensación física de angustia, ese nudo en el estómago cuando enfrentamos algo que nos sobrepasa o situaciones que nos generan miedo e inseguridad. Este "cerebro" nos pone alerta, nos hace sentir mal y/o inseguros con relación a decisiones que hemos tomado o debemos tomar; no sabríamos explicarlo muy bien, pero no sentimos paz acerca de ello. Dios lo ha diseñado de tal manera que nos avise cuando existe un peligro físico, emocional, intelectual o espiritual; algo que puede poner en riesgo nuestro proyecto vital. El lenguaje popular lo refleja con frases del tipo: "tener un nudo en el estómago", "mariposas en el estómago", "esa persona carece de entrañas" "es una persona entrañable" "revolverse las entrañas", etc. Este "cerebro" es tremendamente somático, se comunica con percepciones físicas, no entiende argumentos, razones o cualquier tipo de lógica. Se da cuenta que estamos en riesgo y nos avisa. Haríamos bien en prestar más atención a nuestro cuerpo, Dios lo ha diseñado de este modo.


¿Qué mensajes te está transmitiendo tu cuerpo? ¿Qué te quiere decir el Señor por medio de ellos?