Pero el séptimo es día de descanso consagrado al Señor. (Éxodo 20:10)


Nos enseña la ciencia que todo tiende al caos. Creo que por eso el Señor ha establecido un día -sábado para Israel, domingo para los cristianos- para pararnos, recrearnos y reenfocarnos. En la sociedad del 24/7 no hay tiempo para el descanso. Vivir estresado, estar altamente ocupado se considera un valor social del cual nos enorgullecemos. Nuestras iglesias, con demasiada frecuencia, sobrecargan nuestras agendas y nos hacen anhelar el lunes para poder descansar. El trabajo es un agujero negro, un monstruo que cuanto más le das, más exige. Por eso Dios establece ese día especial para que podamos renovar nuestras fuerzas físicas, mentales, emocionales y espirituales. Un día para la recreación, es decir, para volvernos a crear.

Para también un día para pararnos y echarlo un vistazo a nuestra vida. Pensar en cómo están nuestras prioridades, qué está ocupando el primer lugar, hacia dónde se va nuestro corazón. Por eso el domingo es tan valioso para los seguidores de Jesús. Cada siete días el Señor nos da una oportunidad para pararnos, ver cómo estamos viviendo y hacer los cambios necesarios. Si cada siete días hacemos ese simple ejercicio podremos intevenir e impedir que nuestro proyecto de vida escore. Mal servicio hacemos en nuestras iglesias si no ayudamos a nuestros miembros a aprovechar la reunión dominical para invitarlos a pararse, observarse, evaluarse e incluir los cambios necesarios.


¿Qué beneficios añadiría a tu vida el aprovechar el domingo en este sentido?




Pero el séptimo es día de descanso consagrado al Señor. (Éxodo 20:10)


Nos enseña la ciencia que todo tiende al caos. Creo que por eso el Señor ha establecido un día -sábado para Israel, domingo para los cristianos- para pararnos, recrearnos y reenfocarnos. En la sociedad del 24/7 no hay tiempo para el descanso. Vivir estresado, estar altamente ocupado se considera un valor social del cual nos enorgullecemos. Nuestras iglesias, con demasiada frecuencia, sobrecargan nuestras agendas y nos hacen anhelar el lunes para poder descansar. El trabajo es un agujero negro, un monstruo que cuanto más le das, más exige. Por eso Dios establece ese día especial para que podamos renovar nuestras fuerzas físicas, mentales, emocionales y espirituales. Un día para la recreación, es decir, para volvernos a crear.

Para también un día para pararnos y echarlo un vistazo a nuestra vida. Pensar en cómo están nuestras prioridades, qué está ocupando el primer lugar, hacia dónde se va nuestro corazón. Por eso el domingo es tan valioso para los seguidores de Jesús. Cada siete días el Señor nos da una oportunidad para pararnos, ver cómo estamos viviendo y hacer los cambios necesarios. Si cada siete días hacemos ese simple ejercicio podremos intevenir e impedir que nuestro proyecto de vida escore. Mal servicio hacemos en nuestras iglesias si no ayudamos a nuestros miembros a aprovechar la reunión dominical para invitarlos a pararse, observarse, evaluarse e incluir los cambios necesarios.


¿Qué beneficios añadiría a tu vida el aprovechar el domingo en este sentido?




Pero el séptimo es día de descanso consagrado al Señor. (Éxodo 20:10)


Nos enseña la ciencia que todo tiende al caos. Creo que por eso el Señor ha establecido un día -sábado para Israel, domingo para los cristianos- para pararnos, recrearnos y reenfocarnos. En la sociedad del 24/7 no hay tiempo para el descanso. Vivir estresado, estar altamente ocupado se considera un valor social del cual nos enorgullecemos. Nuestras iglesias, con demasiada frecuencia, sobrecargan nuestras agendas y nos hacen anhelar el lunes para poder descansar. El trabajo es un agujero negro, un monstruo que cuanto más le das, más exige. Por eso Dios establece ese día especial para que podamos renovar nuestras fuerzas físicas, mentales, emocionales y espirituales. Un día para la recreación, es decir, para volvernos a crear.

Para también un día para pararnos y echarlo un vistazo a nuestra vida. Pensar en cómo están nuestras prioridades, qué está ocupando el primer lugar, hacia dónde se va nuestro corazón. Por eso el domingo es tan valioso para los seguidores de Jesús. Cada siete días el Señor nos da una oportunidad para pararnos, ver cómo estamos viviendo y hacer los cambios necesarios. Si cada siete días hacemos ese simple ejercicio podremos intevenir e impedir que nuestro proyecto de vida escore. Mal servicio hacemos en nuestras iglesias si no ayudamos a nuestros miembros a aprovechar la reunión dominical para invitarlos a pararse, observarse, evaluarse e incluir los cambios necesarios.


¿Qué beneficios añadiría a tu vida el aprovechar el domingo en este sentido?




Pero el séptimo es día de descanso consagrado al Señor. (Éxodo 20:10)


Nos enseña la ciencia que todo tiende al caos. Creo que por eso el Señor ha establecido un día -sábado para Israel, domingo para los cristianos- para pararnos, recrearnos y reenfocarnos. En la sociedad del 24/7 no hay tiempo para el descanso. Vivir estresado, estar altamente ocupado se considera un valor social del cual nos enorgullecemos. Nuestras iglesias, con demasiada frecuencia, sobrecargan nuestras agendas y nos hacen anhelar el lunes para poder descansar. El trabajo es un agujero negro, un monstruo que cuanto más le das, más exige. Por eso Dios establece ese día especial para que podamos renovar nuestras fuerzas físicas, mentales, emocionales y espirituales. Un día para la recreación, es decir, para volvernos a crear.

Para también un día para pararnos y echarlo un vistazo a nuestra vida. Pensar en cómo están nuestras prioridades, qué está ocupando el primer lugar, hacia dónde se va nuestro corazón. Por eso el domingo es tan valioso para los seguidores de Jesús. Cada siete días el Señor nos da una oportunidad para pararnos, ver cómo estamos viviendo y hacer los cambios necesarios. Si cada siete días hacemos ese simple ejercicio podremos intevenir e impedir que nuestro proyecto de vida escore. Mal servicio hacemos en nuestras iglesias si no ayudamos a nuestros miembros a aprovechar la reunión dominical para invitarlos a pararse, observarse, evaluarse e incluir los cambios necesarios.


¿Qué beneficios añadiría a tu vida el aprovechar el domingo en este sentido?